Aura Rosa Castillo.- Con las averías de las plantas de ósmosis en las unidades de diálisis se agudiza la crisis, los pacientes renales tienen los grados de hemoglobina en siete. Está en peligro la vida.
Así lo denunció Héctor Daniel Colmenárez, presidente de la Fundación Amigos del Paciente Renal, (Fundaprel), quien acota que la operatividad de las plantas es responsabilidad del dueño de la unidad de diálisis. Asimismo, que los centros de salud estén dotados de los reactivos para los análisis de sangre es obligación del gobierno, para que los pacientes reciban las transfusiones de sangre.
Esta semana ha sido “terrible”. Algunos pacientes perdieron turnos de diálisis. En su caso, el pasado miércoles, recibió el tratamiento en la noche, debido a que en la unidad donde recibe la terapia no había químico. Vista la situación se dirigió al Hospital Pastor Oropeza, adscrito al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) en donde para atenderlo le pidieron dos soluciones fisiológicas, por tal motivo retornó a la unidad de diálisis para que se las suministraran, pues a cada paciente le asignan un kit y no había.
Rito Villegas, paciente, recibe tratamiento en la unidad de diálisis La Pastora, ratifica lo expuesto por Colmenárez, y agrega que hace tiempo el Seguro no ha proporcionado vitamina B12 como otros tantos medicamentos indispensables como es el ácido fólico, eritropoyetina. Además, en La Pastora se dañó el ascensor y los pacientes son cargados en silla de rueda hasta el segundo piso para poder recibir el tratamiento, manifestó.
Colmenárez expone que el paciente renal, simultáneamente a la terapia farmacológica, debe complementar con una dieta balanceada y sana, pero con la actual situación de hiperinflación se complica el panorama.
Para el gobierno nacional, la vida de los venezolanos poco le importa, porque sabe que la vida del paciente nefrológico depende de un riñón artificial y éstos debido a la falta de mantenimiento pasaron de deterioro leve a grave.