A Laureano Márquez la pandemia lo agarró en plena gira humorística de “Al mal tiempo bellas caras”, en España. Durante este tiempo, y para fortuna de quienes le siguen, se ha convertido en un bálsamo para quienes soportan un difícil confinamiento.
Él no se ha alejado de sus redes sociales. Sus tuits son ‘píldoras’ de humor, pero cada una con una potente reflexión sobre lo difícil que está siendo la cotidianidad del venezolano en tiempos de COVID-19, afectado no solo por el aislamiento, sino por otras limitaciones que ponen al límite sus resistencias.
Cada comentario del politógo y homorista venezolano, en sus redes, acumulan cientos de RT y “corazones”, que en esta era vendría a ser lo mismo que “estoy de acuerdo, me gusta o me divierte lo que dices”.
Pero más allá de este retrato suyo que muestra en redes, Laureano también ha tenido tiempo (como casi todos) de reflexionar en términos de vida, qué es lo importante y qué no.
“Cuando llegue el día después, no deberíamos ser los mismos de siempre. En esta «nueva normalidad» las riquezas no deberían ser lo central sino lo que eres, lo que logras y lo que das».
Apuesta por salir de la crisis con lección aprendida, por entender que tenemos que cuidarnos en todos los sentidos y por cuidar lo que nos rodea.
“Somos más frágiles de lo que imaginábamos. Y a pesar de que los humanos hemos pasado por inviernos extremos, hambrunas, tsunamis, terremotos y otras catástrofes, esta pandemia nos ha demostrado que somos débiles”.
En uno de sus últimos mensajes a la fecha escribió: «Hemos sobrevivido a tantas cosas, nos erguimos y comenzamos nuestra historia que ha sido dura y muchas veces cruel, pero hay una historia llena de luces salvadoras también: la escritura, que nos ha dado la literatura; la vida construida desde la imaginación; el teatro, que nos permitió colocarnos en el lugar del otro, entender lo diferente; la pintura y la música que llenan nuestra sensibilidad de hermosas sensaciones, de la idea de armonía y belleza que invitan a la belleza interior y la fe; nuestras creencias y convicciones religiosas y filosóficas que nos ayudan a situarnos en medio de tanta grandeza, a amar y honrar misterio detrás de tanta perfección».
Finaliza esta clase diciéndonos «este tiempo también pasará y esta magnífica aventura continuará».
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Angélica Romero
ENTREVISTADO: @laureanomar