Venezuela comenzó este lunes 1 de junio de tener la gasolina más barata del mundo a un mecanismo dual de suministro con “precios internacionales” fijados por importadores privados y subsidios, una decisión que, según analistas, busca esquivar las sanciones de Washington y ganar tiempo para reactivar las refinerías que posee el país con las mayores reservas de crudo.
La incorporación de estaciones de servicio privadas termina con el monopolio de la estatal petrolera Pdvsa, y coincide con el envío de 1,5 millones de barriles de gasolina desde Irán -en un abierto desafío a Estados Unidos-, una alternativa con la que el gobierno del presidente Nicolás Maduro busca paliar una escasez de combustible agudizada durante la cuarentena por la covid-19, algo más de dos meses sin suministro de combustible.
En 200 de las más de 1.500 dispensadoras del país, se venderá “libremente” el litro de gasolina a 50 centavos de dólar, mientras que en las otras el gobierno promete combustible altamente subsidiado a un equivalente de 0,025 dólares el litro, marcando un alto diferencial. Además, durante noventa días será gratis para el transporte público y de carga de alimentos y bienes esenciales.
Julio Urdaneta con información de AFP
Foto: Tal Cual
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