Silvino Vásquez: “Los panaderos estamos viviendo una tremenda crisis agravada”

Reinaldo Gómez- De acuerdo con Silvino Vásquez, un empeñoso industrial de la panificación, pero, además, expresidente de la Asociación de Panaderos del Estado Lara, los costos operativos que se han venido ensañando en los últimos tiempos contra ese sector han hecho que muchos de tales establecimientos comerciales hayan cerrado, o, al menos, se encuentren en lo que coloquialmente se ha dado en llamar “cierre técnico”, porque, en estos momentos, “nosotros estamos viviendo una tremenda crisis agravada por una serie de hechos y de circunstancias”.

–El primer gran “mandarriazo” de las últimas semanas -expresó Vásquez- lo recibimos hace ya unas dos semanas, cuando el gobierno resolvió aumentar bárbaramente el precio del saco de harina de trigo regulado casi en un 377 por ciento, pues lo llevó de 68.0000 a poco más de 300.000 bolívares: Un incremento sencillamente brutal.

-Y lo más triste y preocupante es que el gobierno fue, poco a poco, dejando de suministrarnos el producto en la cantidad que necesitábamos, y que, por cierto, lo pagábamos a un precio más accesible, bajo el alegato de que “no hay trigo”.

Explicó luego que, ahora, el gobierno solamente les suministra nueve sacos cada dos meses, lo que corresponde a cuatro sacos y medio por mes.

–Y resulta que, normalmente, una panadería requiere de al menos cuatro sacos diarios para mantener su producción de cada jornada.

–Y entonces, ¿Cómo hacen…?
–Bueno, ¿Qué vamos a hacer… Pues lo que ocurre siempre en estos casos: Acudir al mercado negro, en el que un solo saco nos cuesta ya un millón de bolívares. Imagínate tú.

El gas
Tras una breve pausa, nuestro interlocutor, como haciendo memoria, asevera:
-Otro problema serio, y que contribuye mucho a encarecer los costos, es el del gas, pues, precisamente desde que empezaron a acumulársenos todos estos problemas, lo estamos también comprando en el mercado negro, debido a que hasta ahora no ha funcionado ninguno de los planes que el gobierno ha puesto en práctica para que fluya el suministro del gas, no solamente a nosotros, sino también a la colectividad toda.

-Y este último, muy reciente, por cierto, anunciado por la propia gobernadora Carmen Meléndez, quien dijo que ella misma asumía las riendas de dicho plan, tampoco ha funcionado hasta ahora, puesto que, apenas dos o tres días después de que la primera mandataria regional anunció el bendito plan, nosotros acudimos a registrarnos debidamente, tal como ella misma lo planteó, y todavía estamos esperando que nos lleguen las “bmbonitas” de gas.

–¿Y a qué precio compran ustedes la bombona de gas en el mercado negro?
-Las panaderías requieren de bombonas de 43 kilogramos de capacidad, las que debemos adquirir en el mercado negro a un precio de Bs. 300.000 cada una, pero eso no es todo. Resulta que, para nuestros establecimientos, nosotros requerimos de entre dos y tres bombonas de gas semanales, de las antes citadas bombonas.

Costos
–Entonces -adicionó-, tenemos que echarle lápiz para deducir a cuánto alcanzan los costos operativos para nosotros los industriales de la panificación solamente en lo relativo a la harina y al gas, porque, si le sumamos los costos de otros insumos, tales como levadura, manteca, conservantes, sal, azúcar, y hasta las mismas bolsas tanto plásticas como de papel, entonces eso es casi que como para volverse loco.
-Y, ojo, no hay que dejar pasar por debajo de la mesa el pago de nuestros trabajadores.

“Pero hay algo más”
-Insisto: Es que, en las últimas semanas, las calamidades parecen haberse juntado para caerle en cambote al sector panadero, pues resulta que, hace quizás poco más de un mes que el Concejo Municipal de Iribarren tuvo la “sabia idea” de incrementar la patente de industria y comercio sobre las ventas brutas, de un 0,75 por ciento a un 3 por cientos, pero “sin anestesia y sin nada”, como se dice en buen criollo, un incremento descomunal que ha generado un impacto tremendo, y que, insisto, se une a las tantas calamidades que se han enseñoreado contra nuestro sector en los últimos tiempos, al extremo de que ya se ha dado el caso de que hay muchos panaderos que se han visto obligados a cerrar las puertas de su establecimiento, o se hallan en lo que se acostumbra llamar como “cierre técnico” en el lenguaje comercial, y todo ello por la simple razón de que ya cuesta un ojo de la cara mantener abiertos nuestros establecimientos comerciales.

–¿Y todo ello acarrea incidencia en el precio del producto?
–Por supuesto, el consumidor final, que son los clientes nuestros, es el más afectado, por cuanto, mientras se mantenga esta situación, el precio del pan, que ya está bastante elevado, continuará subiendo, muy a nuestro pesar, porque también nuestras ventas disminuyen.

–Por cierto -siguió diciendo-, en lo de la cuestión del personal operativo, hay que resaltar el hecho de que la misma situación país también nos golpea a nosotros, en primer lugar, por las mismas dificultades antes señaladas, y, en segundo lugar, que mucha de nuestra mano de obra calificada se ha ido a laborar en otros ámbitos, en busca de una mejor calidad de vida, y algunas incluso hasta se han ido fuera del país, por la misma razón, o por las mismas razones.

–Y el empleo, ¿En cuánto habrá bajado?
-En el sector panadero, yo calculo que, solamente este año, ha bajado en alrededor de un 30 por ciento, sin contar, repito, lo que bajó en los años anteriores.

–¿Podría usted estimarnos un porcentaje de las panaderías que hayan cerrado sus puertas en Barquisimeto, solamente en este año?

–Bueno, solamente en este año, yo calculo que un 20 por ciento de las panaderías han cerrado sus puertas en Barquisimeto, incluyendo en ese porcentaje a algunas panaderías artesanales a las que, por cierto, el gobierno les asignó prioridad en un principio, pero a las que por igual ha afectado severamente la grave crisis que vive el país.

–¿Cómo definiría usted la situación del sector panadero larense en estos momentos?
–Bueno, en la actualidad, el sector panadero se encuentra, sin exageración alguna, en una verdadera crisis agravada, pero lo peor es que no se encuentra camino, o salida, a este dificilísimo estado de cosas que estamos viviendo en el país.

–Y esa situación, ¿Será la misma en todo el país?
–Bueno, yo no me atrevería a asegurarlo, pero es difícil pensar que en otras partes del país la situación sea distinta a la que nosotros estamos viviendo aquí en Lara.
-Pero, no obstante, todos los panaderos venezolanos seguimos apostando a Venezuela, porque aspiramos a que esta crisis lograremos superarla tarde o temprano.