Ciertamente. Nadie es infalible. Ningún ser humano lo es, llámese como se llame, sea quién sea, y en el país que sea. Y muy especialmente los médicos, que no están exentos de equivocación, y sobre todo al diagnosticar alguna afección de salud.
De tal forma, una situación de drama y dolor vivió una familia común y corriente, por cierto, no en Venezuela, sino en un país al que le considera avanzado, por lo menos en la mayoría de las circunstancias del quehacer diario: Inglaterra.
Así, un joven padre murió a causa de un tumor cerebral que los médicos diagnosticaron incorrectamente como apendicitis, afirmó su desconsolada familia.
Joshua Warner, de 25 años, del sureste de Londres, fue al hospital en junio pasado, después de sufrir dolores de cabeza y estar enfermo durante quince días.
Los médicos le hicieron una tomografía computarizada, y dictaminaron que tenía apendicitis, antes de someterse a una cirugía para extirpar el órgano.
Cuando todavía no se sentía bien, más pruebas revelaron una anomalía en su cerebro, pero se alegó que esto fue descartado como un error informático.
Sólo unas semanas después, cuando Joshua colapsó y lo llevaron de urgencia al hospital, se confirmó su tumor cerebral. Murió 12 días después.
Su familia, que lo describió como un «padre increíble», está compartiendo su historia para que otros no vivan la misma experiencia: «Él no querría que otra persona pasara por lo que él pasó», declaró Eve Pateman, su madre.
Fuente: Cactus 24