“Nadie puede hacer el bien en un espacio de su vida, mientras hace daño en otro. La vida es un todo indivisible. La violencia es el medio a los ideales de los demás. En cuanto alguien comprende que obedecer las leyes injustas es contrario a su dignidad de ser humano ninguna tiranía puede dominarle.
Mohandas Karamchand Gandhi (1.869-1.948).
Suficientemente conocida la biografía de Gandhi, Bāpu el Padre de la India, como le llamaron por haber liderado la liberación de aquel inmenso país, y de haberlo logrado sin disparar un arma, es ejemplo de cómo se puede combatir grandes imperios en guerras desiguales pero… convencionales.
La monarquía británica tuvo que sucumbir al clamor de un pueblo dirigido por un hombrecito de frágil contextura y de la más humilde apariencia. El intelecto fortaleció aquel puñado de huesos forrado en escasa piel pero invencible en sus convicciones; principios y valores que le condujeron a la victoria que muchos creyeron imposible de alcanzar. A medida que se avanza en la historia de la humanidad los estudiosos se dan cuenta de que cada opresor tiene sistemas diferentes para el logro de sus nefastos objetivos.
Los manipuladores de las masas poblacionales desde siempre han tenido un pretexto para alcanzar sus metas y saciar sus apetencias: “Las necesidades de los pobres.”
Los antiguos imperios utilizaban el pan y el circo para someter a los pobladores de extensas regiones. Quienes iban en pos de los tesoros de las naciones satanizaron la riqueza manipulando los conceptos trayendo a la era contemporánea los desmanes de la antigüedad, allá, cuando los ricos eran dueños de todo, hasta de las vidas de sus súbditos. Así fue creada la dogmatización y/o ideologización comunista, socialista y/o populista, con la cual han intentado dominar al mundo olvidando que la riqueza es uno de los mejores e imprescindibles instrumentos para ser libres.
El bienestar de la base de la sociedad, la familia, está en sus ingresos monetarios porque a través de ellos, sus integrantes pueden comer, vestir, tener la vivienda y los electrodomésticos, el automóvil o cualquier otro medio de transporte que cubra sus necesidades, viajar y/o disfrutar como quieran…
“Mientras mayores son sus ingresos monetarios, mayor y mejor es su calidad de vida”.
Preguntaría entonces: ¿Por qué ser rico es malo?
Dentro de lo absurdo de la aseveración de que ser rico es malo, en el maco de la situación venezolana actual, cada vez más se comprueban las inmensas riquezas que poseen quienes pregonan tan difundida falacia. Manipulación macabra que se amplifica cuando se evidencia que esas exorbitantes riquezas provienen del asalto al erario público; dineros que han podido salvar muchísimas vidas, mejorar la infraestructura de salud, educación, servicios públicos, de comunicación, vialidad, transporte, electricidad, agua potable, salubridad, etc., mientras los ciudadanos sufren las penurias ocasionadas por sus carencias; se destruye a las familias con la inocultable diáspora que ha desmembrado los hogares venezolanos haciendo imperar la incertidumbre, fragmentando o exterminando el amor entre las parejas y por ende entre padres e hijos. Según denuncias nacionales e internacionales todo esto sucede bajo el imperio de la delincuencia, el narcotráfico y la impunidad.
Las fuerzas armadas y las fuerzas de seguridad que fueron creadas para la protección de los ciudadanos deben restituir el imperio de la ley porque en el “Estamento Legal” está el camino de la paz.