El servicio de agua en el Estado Lara, ya de por sí extremadamente deficiente, se halla encaminado a una verdadera debacle para este año 2.021, debido a una serie de circunstancias negativas que se han venido acumulando desde hace tiempo, y a otras que se agregan a aquéllas.
Corresponde tal afirmación al ingeniero Julio César Gutiérrez, vicepresidente del Colegio de Ingenieros de esta entidad federal (CIEL), y especialista en cuestiones relacionadas con la materia hídrica.
-Hay una serie de factores que inciden esta lamentable premonición, y se trata, desde hace ya varios años, de una situación de deterioro que se ha venido agravando y agravando en el tiempo.
En términos generales…
De entrada, Gutiérrez explicó que el denominado Sistema Alto Tocuyo de esta entidad federal se halla constituido por el embalse y la estación de bombeo Dos Cerritos, en el Municipio Morán, y la planta de tratamiento Ciudad de Barquisimeto, en el Municipio Jiménez, es decir, más 55 kilómetros de una tubería de acero de 60´ de diámetro.
En una especie de prólogo, Gutiérrez explica que “hoy en día, la confluencia conformada por el área metropolitana de Barquisimeto y Cabudare asienta el 75 por ciento de la población total del Estado Lara, equivalente a aproximadamente unos 2.132.570 habitantes.
-Pero, si agregamos las poblaciones de El Tocuyo y de Quíbor, estaríamos entonces acercándonos a los 2.288.000 habitantes.
-Toda esa cantidad de gente requiere de 6.620 litros de agua por segundo para atender las necesidades del sector acueducto, tomando en consideración una dotación de 250 litros/habitantes/día.
-Son precisamente estas cifras, tanto de gente como de existencia de agua, lo que ha originado ese enorme desbalance del servicio del vital líquido en las zonas y ciudades antes citadas, y que son alimentadas desde el noble embalse Dos Cerritos, ya antes citado.
Principales causas…
Al preguntársele por las causas que, a su juicio, generan ese tan serio problema de acceso al agua por parte de la anterior área poblacional, Gutiérrez expresa:
-Primero, la pérdida de eficiencia en los equipos electromecánicos, lo cual se debe a que tales equipos ya han cumplido más de 40 años de funcionamiento, por lo que presentan problemas como desgaste, obsolescencia, cumplimiento de vida útil y deterioro por efecto de la continua corrosión.
-Todo ello incrementa la frecuencia y multiplicidad de fallas, y ello reduce el caudal de captación de impulsión, y, por ende y lo más importante, la presión del sistema mismo al momento de la distribución del agua.
Nuestro interlocutor menciona igualmente la baja producción de agua debido al deterioro de las cuencas altas de los ríos que surten del líquido al sistema hidráulico larense, lo cual disminuye la vida útil de los embalses debido al excesivo arrastre de sedimentos.
Deterioro de la calidad de vida
También asevera Gutiérrez que “jamás ni nunca como ahora el sector hídrico del Estado Lara había permanecido tan desatendido por gobierno nacional alguno, dado que no se han ejecutado, a sabiendas de que son necesarios, programas de inversión efectiva de nuevas fuentes hídricas”.
-Esto, fundamentalmente, es lo que ha obligado a Hidrolara a aplicar esas odiosas y enojosas medidas de racionamiento de agua.
-Por supuesto, una cosa conlleva a la otra: Eso, a su vez, hace que Hidrolara tenga que apelar a los camiones cisternas para distribuir el preciado líquido en una que otra zona del estado, porque, de paso, ni siquiera en cisternas el agua llega a todos quienes la necesitan.
-Y, con esa distribución en cisternas, también llega el riesgo al consumir esa misma agua, que ha pasado, en su recorrido, por serias posibilidades de contaminación.
-Por supuesto, el deterioro de la calidad de vida de los larenses es evidente.
-Por cierto, ahora resulta que los potenciales planes de rehabilitación y mantenimiento de los sistemas de distribución del agua potable implican inversiones imposibles de lograr en estos momentos debido a la drástica caída el producto interno bruto, a causa de la descomunal hiperinflación que venimos acumulando desde hace ya varios años.
Propuestas
He aquí, muy resumidamente, algunas de las propuestas que, a juicio de Gutiérrez, deben hacerse realidad para poder solventar esa grave situación del agua en el Estado Lara:
1°) Establecer con urgencia un programa de mantenimiento de todas las estaciones de bombeo, rebombeo y de producción de los equipos electromecánicos.
2°) Debe asimismo implementarse un programa urgente de sustitución de tuberías obsoletas del acueducto de Barquisimeto.
De acuerdo con Gutiérrez, la capital larense cuenta con poco más de 1.850 kilómetros de tubería de diferentes diámetros en su red de distribución de agua.
3°) Construcción, por parte del gobierno nacional, del embalse Dos Bocas, en el Estado Portuguesa, que podría solventar el déficit de agua, y, a la vez, consolidar el desarrollo poblacional y agroindustrial de los Municipios Palavecino, Crespo, “Simón Planas” e Iribarren del Estado Lara; Páez y Araure del antes referido estado, y Peña del Estado Yaracuy, para los próximos 60 años.
Asesor…
Gutiérrez destaca que, de acuerdo con la Ley de Ejercicio de la Ingeniería, el Colegio de Ingenieros de Venezuela (CIV) es asesor del Estado venezolano en materias de su competencia, siendo, como se sabe, el agua una de ellas.
En base a ello, explica, el CIEL organizó en su sede, en fecha 15 de agosto del año 2.018, el foro denominado “Unidos por el Agua”, en el que se analizaron las diversas fallas del sistema hidráulico larense y sus posibles soluciones.
Recuerda que fueron invitados representantes de diferentes sectores públicos y privados.
De los primeros, indica, se invitó al Consejo Legislativo del Estado Lara, Concejo Municipal de Iribarren, Defensoría del Pueblo, Enmohca y la dirección regional del Ministerio de Ecosocialismo y Aguas.
-Ninguno asistió. ¿Qué tal…?
Reinaldo Gómez
Fotos: Archivo