El veto de cuatro años impuesto a Paul Pogba, campeón de la Copa Mundial 2018 con Francia y uno de los jugadores más caros, por un caso de dopaje ha sacudido al mundo del fútbol. Esta sanción se suma a otros vetos por casos similares, como el juzgado por la FIFA en las eliminatorias para el Mundial 2022 y uno de la UEFA detallado por el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) el viernes.
El caso de Pogba es el más reciente de una serie de apelaciones de vetos llevadas ante el TAS. El jugador fue sancionado el jueves por el tribunal deportivo italiano por dar positivo en DHEA, un precursor de esteroides.
El viernes, el Tribunal en Lausana, Suiza, publicó los detalles de la decisión en el caso de dopaje del futbolista, dejando en evidencia el estrecho camino para reducir la sanción. Desde 2015, las suspensiones de cuatro años se han convertido en la norma en el código antidopaje mundial. Sin embargo, el código también permite reducir o revocar las suspensiones si los deportistas pueden demostrar que no fueron culpables o si el resultado positivo fue producto de negligencia o contaminación.
En otros casos de fútbol, las partes han logrado persuadir a los jueces del TAS de que el resultado positivo fue debido a la contaminación por esteroides anabólicos, lo que ha llevado a reducir las sanciones a dos años. Sin embargo, en el caso de Pogba y otros deportistas, la tarea de revertir el veto se presenta como un desafío complicado.
Pogba, quien cumplirá 31 años el 15 de marzo, enfrenta ahora un camino largo y difícil para apelar su veto ante el TAS. La audiencia podría tomar meses y el veredicto aún más tiempo.
Mientras tanto, pocos detalles oficiales del caso de Pogba han sido confirmados y se espera que los jueces del tribunal italiano den más detalles sobre su decisión en el transcurso del próximo mes.
La lucha de Pogba por revertir su veto de cuatro años es una muestra de los desafíos que enfrentan los deportistas acusados de dopaje y la complejidad de los procedimientos legales en torno a estos casos.