El mes de abril comenzó con una hazaña histórica que ya está registrada en los libros de records de las Grandes Ligas, y es que, en el Minute Maid Park, de Houston, la fanaticada de los Astros fue testigo una vez más de otro partido sin imparables ni carreras propinado por su equipo, esta vez con la firma del dominicano Ronel Blanco.
El derecho qusiqueyano debutó con la organización en 2022, y, hasta la noche de este lunes, apenas sumó su octava apertura con ellos.
Además, esta magnífica presentación sirvió para conseguir la primera victoria de la temporada, tras blanquear, 10 a 0, a los Azulejos de Toronto y luego de haber perdido sus primeros cuatro encuentros de la temporada ante los Yanquis de Nueva York.
“Momento increíble…”
Luego de la algarabía de la celebración y posterior rueda de prensa, Blanco tuvo unas palabras exclusivas para Meridiano sobre su magnífica actuación. Cabe mencionar que, con él, ya son 10 los lanzadores dominicanos en conquistar tal hazaña en las Grandes Ligas.
“Es una gran bendición y una gran oportunidad. Es un momento muy increíble, porque todos los lanzadores soñamos con algo como esto, que es muy difícil de lograr”, dijo.
En un noveno episodio de mucha tensión, el quisqueyano sacó los dos primeros outs sin problemas. Sin embargo, las cosas se le complicaron un poco tras haberle otorgado un boleto a George Springer.
Al final, sin embargo, pudo dominar a su compatriota Vladimir Guerrero, hijo, con un rodado por segunda base.
“En el noveno episodio, cuando estaban aplaudiendo y gritando, en ese instante sentí de todo, que hasta me puse nervioso. Estaba muy ansioso en ese turno contra Springer; quería terminar el inning ahí, pero, gracias a Dios, se logró el siguiente objetivo, que era sacar de out al otro bateador”, comentó el derecho de 30 años.
Para cerrar, Ronel Blanco aprovechó la oportunidad para enviarle un saludo a toda la afición de República Dominicana, que lo está apoyando: “Un saludo a todos los dominicanos que me apoyan. Los quiero mucho y gracias por estar ahí, apoyando”.
Fuente: Meridiano