Tertulias de café |Por: Maximiliano Pérez < El Informador Venezuela
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Tertulias de café |Por: Maximiliano Pérez

¿Destrucción versus productividad y rentabilidad?

La palabra destrucción proviene en su etimología del latín “destructĭonis”, designando tanto el acto de arruinar o dañar en forma grave a algo o a alguien, como a la consecuencia o efecto de lo que queda arruinado, inservible o dañado.

La productividad se define como la cantidad de producción de una unidad de producto o servicio por insumo de cada factor utilizado por unidad de tiempo. Mide la eficiencia de producción por factor utilizado, que es por unidad de trabajo o capital utilizado.

Es decir, cuando se habla de productividad empresarial se hace referencia al nivel de eficiencia que tienen los gastos invertidos por una empresa para desarrollar su actividad en relación a los ingresos recibidos. La producción agropecuaria es una actividad empresarial que, se debe dejar de ser tratada como la cenicienta de la cadena productiva, por la manipulación populista de que el pueblo necesita alimentarse.

Fuente: google.com.

Productividad es la relación entre la cantidad de productos obtenida por un sistema productivo y los recursos utilizados para obtener dicha producción. También puede definirse como la relación entre los resultados y el tiempo utilizado para obtenerlos.

Una mayor productividad utilizando los mismos recursos o produciendo los mismos bienes o servicios resulta en una mayor capacidad de RENTABILIDAD.

Fuente: Wikipedia.

Renta es la utilidad o el beneficio que rinde algo. El término, que procede del latín reddĭta, puede utilizarse como sinónimo de ingreso en algunas circunstancias.

En este sentido, es importante establecer que cuando se habla de un país también se usa el término renta como sinónimo de ingreso. En este caso, esa tarea de recogida de capital se realiza en base a una serie de criterios tales como la renta per cápita, que establece la relación existente entre el número de habitantes y el producto interno bruto.

Fuente; Julián Pérez Porto y María Merino.

El término renta puede entenderse como la ganancia o el provecho que se obtiene de algo. Nacional, por su parte, es lo que está vinculado a una nación.

La idea de renta nacional refiere a los ingresos que generan los factores de producción de un país en un determinado periodo, sin contar aquellos servicios o bienes intermedios que se emplean en el marco del proceso productivo.

Al realizar el cálculo todos los años, es posible estimar si la economía del país en cuestión crece o, por el contrario, se contrae. Además se puede saber cómo se realiza la distribución de los ingresos y cuál es el aporte de cada sector productivo a la economía nacional, suelen tenerse en cuenta las exportaciones netas (derivadas del total de exportaciones menos el total de importaciones).

Para mí, productividad y renta son sinónimos, por eso no entiendo cuando se sataniza al país por ser rentista. Es mi criterio que, el problema radica en la utilización de la renta.

Si nos referimos a la producción agropecuaria, no sé si calificar de magos o de héroes a quienes laboran en ese, el denominado sector primario. Existen experiencias jurídicas que han reconocido los derechos de los productores agropecuarios, basadas en que, para lograr una unidad de producción agropecuaria eficiente y eficaz se requiere del trabajo de varias generaciones. Familias enteras que han dedicado sus vidas a producir los alimentos necesarios para la subsistencia de la población.

¿Cómo puede un país lograr la soberanía agroalimentaria y ser productivo, si quienes laboran en el sector agropecuario tienen que vencer las peores dificultades imaginadas, que van desde el aullido gutural de “EXPROPIESE”, confiscaciones, expoliaciones e invasiones a sus predios; robos, hurtos, saqueos, cobro de vacunas, intentos de secuestro y de asesinatos; la ausencia de los más elementales insumos, situaciones climatológicas adversas, plagas y enfermedades, depredadores de dos y de cuatro patas, y hasta el matraqueo en las alcabalas (Reconocido por el Fiscal General de la República) cuando trasladan a los centros de consumo sus productos, obtenidos con titánico trabajo, esfuerzo, tesón, perseverancia y valentía; después de haber logrado vencer lo imposible para abastecer de combustible a sus automóviles, camiones,  maquinarias y equipos; de haber superado la oscuridad que significa no disponer del suministro eléctrico necesario.

             Realmente…“¡Bajo estas condiciones se tiene que ser mago o héroe, para lograrlo!”

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