El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, presentó este jueves 2 de junio el informe anual de libertad religiosa en el mundo. allí se ven reflejadas las persecuciones contra minorías religiosas en China, Afganistán, Birmania e incluso en Arabia Saudí, un gran aliado de Washington.
«Desafortunadamente, el informe muestra que tenemos mucho trabajo por hacer en muchas partes del mundo, donde los Gobiernos no están respetando los derechos de sus ciudadanos. Algunos continúan usando leyes contra la blasfemia y la apostasía», lamentó Blinken en una comparecencia de prensa.
En concreto, el titular estadounidense de Exteriores denunció que China «continúa su genocidio» contra líderes musulmanes y de otros grupos religiosos, y puso como ejemplo que más de un millón de personas han sido detenidas en campos de internamiento en Xinjiang.
Blinken aseguró que el Gobierno chino «hostiga» las religiones que están «fuera de la doctrina» del Partido Comunista, e incluso se han destruido lugares de culto budistas tibetanos, cristianos islámicos y taoístas.
También dijo que la libertad religiosa en Afganistán «se ha deteriorado dramáticamente» desde que los talibanes tomaron el poder el año pasado tras la retirada de EE.UU., dado que se ha limitado el acceso de las mujeres a la educación y al trabajo.
Blinken recordó que en marzo el Departamento de Estado catalogó como genocidio los ataques del ejército birmano contra la comunidad musulmana de los rohinyás en 2017.
E incluso se refirió a un histórico aliado de EE.UU, como Arabia Saudí, del cual aplaudió los «recientes intentos para aumentar los diálogos interreligiosos», pero lamentó que «en la práctica cualquier fe que no sea el Islam sigue siendo ilegal».
Además, consideró que todos los países, incluido Estados Unidos y las naciones europeas, tienen que «hacer más» para combatir «las crecientes formas de odio» contra judíos y musulmanes.
Blinken reconoció los esfuerzos de algunos países, como Marruecos, donde dijo que hay iniciativas para renovar el patrimonio judío; Taiwán, donde se puede denunciar a los empleadores que no permitan un día de descanso semanal para acudir a un servicio religioso; o Irak, donde el papa Francisco hizo una gira el año pasado.
«Estados Unidos seguirá defendiendo la libertad religiosa en el mundo. Seguiremos trabajando en todas partes, con Gobiernos, organismos multilaterales y la sociedad civil para lograrlo», concluyó Blinken.