Somos Andinos Y…Con Café
Parte IV
“La agricultura se ve fácil cuando el arado es un lápiz y…
se está a mil millas del campo de maíz”.
Dwight Eisenhower.
Viene de Tertulias de Café. Somos Andinos y… con Café. Parte II…
Razones que justifican la incompetitividad internacional de la producción de café en Venezuela.
La pregunta obligada es:
¿Con nuestros costos de producción en doscientos veinte dólares por quintal (por ahora) podremos ser competitivos con países que venden su café en ciento cincuenta dólares el saco y obtienen beneficios?
La otra razón, que es fundamental superarla, es la escasez de la mano de obra necesaria en las zonas, hasta ahora, imposibles de mecanizar y que comenzó a escasear con el éxodo de ancestrales cultivadores de café a los cordones de miseria de caseríos, pueblos y ciudades donde, como consecuencia directa de su analfabetismo, educación, instrucción y/o capacitación, muchos de ellos se integraban a la delincuencia, a las drogas y algunas mujeres, honestas y trabajadoras, dueñas de fincas, utilizaron la prostitución como medio de subsistencia para después unirse a la en la diáspora infame que destruye a las familias. Los caficultores venezolanos están dispersos en el mundo cafetero y hasta en Estados Unidos y Europa.
Ante esta realidad me pregunto:
¿Cómo ser competitivos en un sistema agrícola regido por políticas económicas desfasadas y fracasadas comprobadamente, altos costos y gastos de producción, sin ingresos suficientes para cubrir las necesidades básicas de las humildes familias productoras, país conuquero en un altísimo porcentaje, con escasez de mano de obra, un promedio de tres y cinco hectáreas de superficie y una producción de seis o siete quintales por hectárea, contra países con libertad económica, bajos costos de producción y exceso de mano de obra con un valor casi negativo, o contra países cuyas unidades de producción cafeteras tienen cien o doscientas hectáreas de superficie y su cultivo lo realizan mecánicamente y hasta la recolección de las cerezas la realizan directamente a las “gandolas” donde las transportan?
La siembra de café es una cultura agrícola ancestral con más de dos siglos, población que conserva su legado como único patrimonio, el conuco y el cafetal, la satisfacción de obtener el mejor café del mundo con sus propias manos, esfuerzo abrigado con la participación de todos los integrantes de la familia, actividad agrícola que se hereda de generación en generación, recolectando las mejores cerezas maduras, en parajes de un clima apropiado, suelos frondosos y el cobijo de invernaderos naturales bajos las sombras de árboles de bucare y guamos, que se conjugan para integrar un ecosistema perfecto de producción de agua dulce en sus nacientes y quebradas, albergar al Oso Frontino y a la mayor diversidad de aves del planeta que surcan en vuelos sobre estos pequeños paraísos…
Los pueblos del café en Venezuela, son reservas naturales de café arábico, de las escasas regiones en el mundo que cuentan con banco de germoplasma de café arábicos de diferentes variedades, sus frutos poseen la condición natural organoléptica de ser considerados cafés excepcionales y únicos por disfrutar de diferentes tonos de sabores, un abanico en aromas y cuerpo cremoso de un café que impresiona en sorbos, es el mejor café del mundo, los caficultores continuamos en lucha, en defensa de los plenos derechos constitucionales, legales y a los expresos en Tratados Internacionales, que tienen jerarquía constitucional.
Quedó plasmado en las Memorias del I Congreso Integral del Café 2001 que, en Venezuela la actividad cafetalera la desarrollan más de 62.000 familias. Entre los productos agrícolas venezolanos, el café representa el principal generador divisas. Además, provee cerca de 22 millones de jornales directos y de 8 millones indirectos, por año, y posee bondades como cultivo conservacionista de las cuencas medias y altas generadoras de agua para consumo humano (FONCAFÉ).
Tales cualidades de la actividad cafetalera demandan del Estado gestiones dirigidas a su protección legal.
La Constitución Bolivariana de Venezuela parte de principios fundamentales At. 3) y contempla diferentes leyes, dirigidos a regularizar esta actividad, a fin de proteger (Art. 112, 113, 114) y garantizar su adecuada ejecución, dentro de desarrollos sociales (Art. 102, 107, 305, 306, 307), económicos (Art. 299, 310) y ecológicos (127, 129, 304).
En la actualidad, uno de los factores con más incidencia negativa sobre la actividad cafetera en Venezuela es el contrabando de café, presuntamente legalizado con importaciones incontroladas, pues además de ser competencia desleal existe el peligro permanente de ser portador de enfermedades de fácil y rápida transmisión a los cultivos, como lo es el caso de la Broca o pueda afectar la salud de animales y la de los seres humanos.
Las leyes económicas no aceptan impunidad, es mi criterio que se hace publicidad a posibles leyes más políticas que económicas, refrito de los derechos que, presuntamente, vienen siendo violados a los caficultores y que, podrían traer más oportunidades de corrupción y dominio sobre las humildes familias que otrora integraban una clase social próspera, “auto-sustentable y auto-suficiente”, en tiempos donde no existía financiamiento, fertilizantes ni controles fitosanitarios químicos, herbicidas, electricidad, ni vehículos automotores, época en la cual a la finca “CABALONGA,” ubicada en San Casimiro, estado Aragua, propiedad de los hermanos Castillo, en la Exposición Universal de París de 1889, le fue reconocida la mejor producción de café descerezado del mundo y donde el mal llamado Benemérito se jactaba de haber pagado la deuda externa venezolana con las divisas provenientes de la exportación de café.
“El café es cultura del pueblo venezolano y la cultura es irrenunciable constitucionalmente.”