En Botswana más de 350 elefantes han sido encontrados muertos durante los últimos dos meses, todos por causas desconocidas.
El primer hallazgo, de 169 ejemplares fallecidos, se produjo en el delta del Okavango a principios de mayo, afirmó Niall McCann, director de la organización benéfica británica National Park Rescue, a BBC.
«Vieron 169 elefantes muertos en un vuelo de tres horas», explicó el experto. «Un mes después, las investigaciones revelaron muchos más cadáveres, elevando el número total a más de 350», agregó para describir la situación como un «desastre conservacionista».
McCann descartó que el causante de las muertes fuera el ántrax o la caza furtiva y subrayó que probablemente los elefantes han muerto por envenenamiento o por una enfermedad.
«La manera en que estos animales parecen estar muriendo –muchos caen de bruces– y los avistamientos de otros elefantes que caminan en círculos, apuntan a algo que potencialmente ataca sus sistemas neurológicos», detalló.
Por su parte, las autoridades confirmaron 280 de esas muertes. «Somos conscientes del número de elefantes que están muriendo. De los 350 animales, hemos confirmado 280», explicó a The Guardian Cyril Taolo, director del Departamento de Vida Silvestre y Parques Nacionales de Botswana, y añadió que están «en el proceso de confirmar el resto».
Los funcionarios enviaron muestras de los elefantes a un laboratorio para averiguar qué provoca la masiva muerte y esperan los resultados en las próximas dos semanas, aseguró Taolo.
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