Un estudio realizado por la profesora de la Universidad Brigham Young Sarah Coyne, analizó los efectos de la llamada “cultura de las princesas” en los niños y reveló resultados sorprendentes.
Este estudio sugiere que el interés en las princesas de Disney tiene un impacto positivo en los niños, especialmente en el terreno de los roles de género y un rechazo de la masculinidad tóxica.
Anteriormente, Coyne había realizado un estudio en 2016 que mostraba específicamente los efectos negativos en los niños a través de su interés por la cultura de las princesas.
Influye en la forma de pensar sobre el género
La profesora explicó la diferencia entre los resultados anteriores y los nuevos: “Nuestro estudio anterior encontró que en el corto plazo, la cultura de las princesas tenía un efecto negativo. Pero esto cambia con el tiempo. Ahora observamos efectos positivos a largo plazo de la cultura de las princesas en la forma de pensar sobre el género».
«Como psicóloga del desarrollo, me interesa observar las cosas a lo largo del tiempo. Lo fascinante es que la cultura de las princesas tiene cosas realmente profundas y hermosas sobre la feminidad y las relaciones. Si podemos agarrarnos a eso, puede ser realmente curativo para la humanidad”, dijo.
Entrevistó a 300 niños y a sus padres durante la etapa preescolar y, una vez más, cinco años después. Se comprobó que, a corto plazo, el interés por las princesas Disney incrementaba los estereotipos en los niños. A largo plazo, los efectos eran mayoritariamente positivos.
“La cultura de las princesas da a las mujeres argumentos clave en los que son las protagonistas. Siguen sus sueños, ayudan a los que les rodean y se convierten en individuos a los que no se les prescribe un papel debido a su género”, explica.
No obstante, Coyne señala que las nuevas princesas de Disney, como Moana y Elsa, son especialmente importantes para enseñar estas lecciones.
Engloba los sentimientos y la importancia del aspecto interior
El efecto es el mismo en las niñas y en los niños: “Les dice tanto a los niños como a las niñas que pueden ser todo tipo de cosas diferentes. No se supone que deban ser sólo una cosa, lo cual puede ser poderoso. Los chicos que están expuestos a la cultura de las princesas a una edad temprana tienden a expresar mejor las emociones en sus relaciones», afirma Coyne.
Como conclusión, señala que la clave fue hacer hincapié en las acciones de los personajes y no en su apariencia física.
“Céntrate en la humanidad que hay detrás de cada princesa, no sólo en su apariencia. Las princesas como Moana están llenas de profundidad, pasión y bondad. La historia no trata de su aspecto, sino de seguir tus sueños y encontrar quién eres. Podemos mostrarles que las princesas ofrecen una gran profundidad más allá de la apariencia”, dijo.
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Foto: apnews