La crisis socioeconómica que vive el país, sumado a la pandemia del covid-19, ha afectado a la industria artesanal venezolana.
“Pero nuestra artesanía es tan rica, bella y atractiva, que sigue subsistiendo por sí sola y a que existen productores y promotores culturales que hemos creído en ella”.
Las anteriores expresiones son de Miguel Jaime, educador venezolano, barquisimetano, quien Jaime ha logrado hacer un pequeño emporio cultural-artesanal.
Ello, que le ha permitido instalar en esta ciudad varios establecimientos dedicados a tal industria, tanto en la producción, como en la comercialización.
El diálogo con EL INFORMADOR VENEZUELA fue extenso, por cuanto Jaime es un hombre de fluido hablar y de un evidente apasionamiento por todo lo que tenga que ver con la artesanía criolla.
Así, contestando a una pregunta, Jaime mostró en su establecimiento varios de los muchos productos que produce y comercializa.
Entre los productos que ofrece en el negocio se encuentran guitarras, cuatros, maracas, tambores criollos, tambores tamunangueros, furrucos, tambores gaiteros, mandolinas, bandolas, arpas, violines, y hasta cuerdas para aquellos instrumentos que las requieran.
Pero también produce y expende juguetes tradicionales de madera, como carros y camiones, y juegos didácticos, como ajedrez, trompo, perinola.
Destaca que éstos representan una alternativa ante el alto costo que han alcanzados los juguetes tradicionales, sobre todo los importados.
«También, debido al alto costo de los objetos de losa, se ha incrementado la demanda de ollas, platos, budares y sartenes elaborados con arcilla roja. Incluso hasta sirven de adorno», comentó.
Reinaldo Gómez.
Foto cortesía Miguel Jaime.
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muy bueno pero el tambien vende el licor del cocuy