El psiquiatra estadounidense Aaron T. Beck, considerado el padre de la terapia cognitiva, un enfoque desarrollado en la década de 1960 que revolucionó el campo de la psicoterapia, murió el lunes 1-Nov a los 100 años.
Beck falleció en su casa en Filadelfia, Estados Unidos, según un comunicado de su hija Julie Beck, presidenta del Instituto Beck, una organización que ha formado a miles de profesionales que practican la terapia cognitivo-conductual o TCC.
«Mi padre dedicó su vida al desarrollo y la prueba de tratamientos para mejorar las vidas de innumerables personas en todo el mundo que enfrentan problemas de salud», dijo. «Realmente transformó el campo de la salud mental».
A diferencia del psicoanálisis desarrollado por Sigmund Freud, que enfatiza el papel del subconsciente y anima a los pacientes a ahondar en sus recuerdos, la terapia cognitiva se ocupa del presente.
En sus primeros años como psiquiatra, Beck notó que sus pacientes frecuentemente expresaban pensamientos negativos, como «soy incapaz de…», los cuales llamó «pensamientos automáticos».
La terapia cognitiva incita a los pacientes a cambiar la forma en que ven determinadas situaciones y a identificar esos «pensamientos automáticos» para superarlos. Luego les invita a probar esas creencias modificadas en la vida cotidiana.