“Las pastas son un producto comestible de origen italiano, que se corresponden con lo que nosotros denominamos como carbohidratos, y que, en general, son alimenticias, pero con algunas excepciones”.
La anterior definición provino de las licenciadas Judith Guerrero y María (“Mara”) Carrasco, expertas nutricionistas de Barquisimeto, las que atendieron gentilmente a nuestra invitación a conversar sobre el tema.
–Podemos apuntar –continuaron— que, en concreto, las pastas pertenecen específicamente al renglón de los carbohidratos complejos. ¿Y por qué son complejos? Pues porque podemos decir que son un almidón, lo cual nos aporta energías para el organismo, y se obtiene de la sémola del trigo.
Cuando les preguntamos qué es la sémola, nos respondieron:
–Viene a ser la parte más dura y proteica de la planta del trigo, y la diferencia entre la harina propiamente dicha y la sémola estriba en que podemos hablar de harina se muele el trigo blando, y hablamos de sémola cuando se muele el trigo duro.
Abundando en el punto, señalaron que, para la elaboración de las pastas con la sémola del trigo duro, ésta se obtiene al moler su álbumen farináceo, es decir, los nutrientes que rodean a la semilla del trigo, que es la que da el color amarillo, o amarillento, que deben tener las buenas pastas, es decir, las que son verdaderamente alimenticias, o sanas, por decirlo de otra manera.
Apuntaron que otra característica de estas pastas “sanas”, aparte de su color amarillo, es que son de mayor y mejor consistencia al cocinarse, al extremo de que no se apelmazan en la olla, y hasta generalmente el agua en que se cocinan se mantiene clara, o transparente.
Al preguntárseles si hay alguna contraindicación en comer o ingerir pastas, manifestaron:
–Bueno, eso depende de las condiciones de salud, o de la contextura, de la persona, ya que, si es obesa o diabética, debe eliminarlas por completo, o, si acaso, comerla en muy escasa cantidad.
–Tampoco deben ingerirlas quienes sean alérgicos –o alérgicas– al gluten, ni las personas autistas.
¿Hay alguna hora del día oportuna para ingerirlas?
–Preferiblemente en horas del almuerzo, y, en lo posible, ligadas con carne molida o mechada, huevos o queso; es decir, con proteínas en general.
¿Y cuántas veces a la semana es lo recomendado?
–Hay que recalcar lo siguiente: Las pastas no son necesariamente perjudiciales; eso hay que tenerlo claro, e incluso nos dan un aporte calórico que ayuda a mantener las energías del cuerpo, pero tampoco hay que abusar de ellas.
–A nuestro juicio, su consumo debe estar entre dos o tres veces a la semana, en raciones que se consideren adecuadas para cada persona.
Gráfica: Cortesía Gabriela Medina
RG