Nicolás Maduro amaneció este jueves en las principales instalaciones militares de Caracas rodeado del alto mando y de una tropa numerosa en un intento por mostrar que cuenta con su lealtad, pero ni los discursos ni la puesta en escena del momento lograron transmitir la pretendida solidez en torno a su figura.
Por su parte, Leopoldo López dio declaraciones desafiante y firme, sobre lo que parece una sesuda organización en la que participan generales, quienes lo visitaban en su casa, para que “en semanas” ocurra el cese de la usurpación de la Presidencia por parte de Maduro.
Dos episodios de la jornada de este jueves 2 de mayo en Venezuela arrojan luces sobre las tensiones que se viven puertas adentro de la Fuerza Armada, ese cuerpo sobre el que parece descansar la responsabilidad histórica del futuro del país toda vez que el gobierno de Nicolás Maduro decidió poner fin a la democracia y silenciar con represión la voz de los ciudadanos.
El primero, Maduro amaneció en las principales instalaciones militares de Caracas rodeado del alto mando y de una tropa numerosa en un intento por mostrar que cuenta con su lealtad, pero ni los discursos ni la puesta en escena del momento lograron transmitir la pretendida solidez en torno a su figura.
El segundo, las declaraciones de un Leopoldo López desafiante y firme, dando cuenta de lo que parece una sesuda organización en la que participan generales, quienes lo visitaban en su casa, para que “en semanas” ocurra el cese de la usurpación de la Presidencia por parte de Maduro.
Debilidades a flor de piel
Maduro, que suele iniciar su jornada pública cerca del mediodía, sorprendió este jueves con una cadena de televisión a primera hora de la mañana desde la Academia Militar en Caracas. Allí hizo lo que llamaron la “marcha de la lealtad” rodeado de tropa, donde abundaban los rostros serios y las expresiones tensas.
Las palabras introductorias le correspondieron a Vladimir Padrino López, ministro de la Defensa, quien intentó explicar que desde la oposición se ha buscado engañar a los efectivos castrenses.
“Pretenden comprarlos como si fuésemos mercenarios (…) Da mucha indignación por dentro (…) que me vengan a comprar con una oferta engañosa, estúpida, ridícula, que andan haciendo de la boca para afuera, porque en el pecho y en el corazón no tienen nada. Y la otra manera es pagando, como si uno no tuviese dignidad”, señaló el ministro bajo la mirada escrutadora de Maduro.
Dijo que algunos flaquearon y “se dejaron engañar, se dejaron manipular, se dejaron comprar”, pero “nosotros no podemos caer en la tentación de caernos a plomo entre nosotros mismos”.
En el mismo acto Remigio Ceballos, jefe del Comando Estratégico Operacional, aseguró que la Fuerza Armada no acepta “por ningún aspecto” la dirección de extranjeros, aunque sí “podemos aceptar cooperación internacional” que se decida dentro de la política exterior que adelanta Maduro”.
Vale recordar que un punto crítico en el seno de la Fuerza Armada es la presencia de efectivos militares cubanos y rusos en Venezuela. Pero Ceballos dijo que “cuál es el problema” de recibir apoyo militar de cualquier país aliado.
“¿Por qué no lo podemos recibir si tienen experiencia de combate? Podemos recibir cualquier asesoramiento, pero no nos dejamos mandar por nadie que no sea nuestra línea de mando fundamental y mucho menos por un idiota que se hace pasar por presidente”.
Maduro cuestionó a la oposición que constantemente llama a la Fuerza Armada a sumarse al rescate del hilo democrático en Venezuela.
En tal sentido se preguntó: “¿Qué quieren mostrar ellos, una Fuerza Armada de ladrones, de zagaletones? ¿Es esa la Fuerza Armada que queremos? Por eso digo, hay que salirle al paso a la traición, al golpismo”.
Dijo tener “fe infinita en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana”, aunque con “la lealtad a prueba. Leales a toda prueba, bueno, superando cada día cada prueba de cada momento”.
La tropa respondió al grito de “Leales siempre, traidores nunca. Chávez vive, la patria sigue”.
Preparación y organización
El hecho de que funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) de Venezuela obedecieran las órdenes de Juan Guaidó y liberaran a López el 30 de abril fue una clara señal de las fisuras que existen dentro de los componentes militares, por más que Maduro se empeñe en decir lo contrario, aunque se vio forzado a remover al jefe de ese cuerpo.
No hay que olvidar que Leopoldo López es el principal preso político de Nicolás Maduro y es el líder de Voluntad Popular, el partido del que forma parte Guaidó.
En 2014 el chavismo intentó con la cárcel neutralizar a esta ficha clave de la oposición, pero no lo logró. A pesar de estar preso, López ha sido un articulador político fundamental no sólo dentro del país sino también a nivel internacional.
No en vano este jueves ofreció sus declaraciones en la calle, a las puertas de la residencia del embajador de España en Caracas, donde se encuentra desde el martes en calidad de huésped y lo hizo sin importar que en las cercanías se encontraban efectivos de la Policía Nacional Bolivariana ni que el Tribunal Supremo de Justicia acababa de dictar una orden de aprehensión en su contra.
Tras mencionar los contactos que ha hecho con el Grupo de Lima, países de la Unión Europea y Estados Unidos aseguró que “la comunidad internacional no nos va a dejar solos”, pues se ha creado una coalición sólo comparable a la que se dio en la Segunda Guerra Mundial, pero en esta ocasión a favor de los venezolanos.
“Había mucha gente en conocimiento de lo que estaba planteado para el 30 de abril”, afirmó López al indicar que, aun cuando tenía casa por cárcel y estaba bajo custodia del Sebin, durante tres semanas se reunió con “comandantes, generales, con distintos componentes de la Fuerza Armada Nacional”, porque entre los militares hay conciencia sobre lo que ocurre y “están indignados al ver a niños que están muriendo”.
Aclaró que los hechos recientes responden a una larga preparación, “esto no es improvisado (…) La fisura que se abrió el 30 de abril se convertirá en una grieta, porque hoy nadie duda de que hay diferencias dentro de las Fuerzas Armadas. Esto es irreversible”.
Con sus palabras y su actitud, López le asestó otro duro golpe a un Maduro debilitado y agobiado por la creciente sombra de la traición entre sus filas, no sólo por los hechos del 30 de abril sino por las revelaciones del Gobierno de Estados Unidos, según las cuales existían acuerdos con el ministro de Defensa, Vladimir Padrino; el presidente del Tribunal Supremo, Maikel Moreno; y el comandante de la Guardia de Honor presidencial, Iván Rafael Hernández Dala, quienes se habían comprometido a “apoyar el derrocamiento de Maduro”, aunque se echaron para atrás el 30 de abril.
López dijo que el próximo paso es el final del cese de la usurpación. Espero que “sea en semanas (…) estamos trabajando muy duro en el gobierno de transición” para avanzar hacia elecciones libres en Venezuela.
Y, categórico, afirmó que “van a venir más movimientos en el sector militar”.
Fuente: www.alnavio.com