Esta semana inicia una nueva semana radical en Venezuela y debido a las restricciones, muchos comercios no pueden laborar. Sin embargo, en el centro de Barquisimeto hay un enorme contraste entre quienes cumplen las exigencias durante la radicalización y aquellos que no.
El boulevard de la carrera 20 se puede ver vacío y con pocos locales abiertos y por el contrario, en la carrera 21, muchas personas, vendedores informales y negocios abiertos saturan las calles. Esto se debe a que el sector de alimentos es priorizado y es el que predomina en esta zona de la ciudad, sin embargo, también abren aquellos que no están autorizados.
«Hay exigencias y restricciones pero necesitamos trabajar, muchos dependemos del día a día y si no trabajamos no comemos. Imagínate no trabajar durante una semana», dijo un vendedor informal del mercado El Manteco, ubicado entre la carrera 21 y calle 30.
Muchos piden a las autoridades que se les permita trabajar tranquilamente, pues los vendedores afirman que «no nos dejan trabajar, dicen que tenemos hasta las dos de la tarde pero a las doce del mediodía empiezan a retirarnos y a veces hasta nos quitan los productos. Y si les dices algo, nos responden con amenaza de meternos presos por resistencia a la autoridad», declaran.
Lo mismo exigen los vendedores de la carrera 20 que trabajan a puerta cerrada. Ellos afirman que existen comerciantes que están ‘apadrinados’ por algunos funcionarios, “ellos están abiertos siempre, sus santamarías no cierran les toque o no trabajar y a ellos nadie les dice nada”, dicen.
La necesidad, es lo que obliga a muchos a trabajar de esta forma y es por esto que los comerciantes hacen un llamado a las autoridades pero a sus espaldas, tienen la problemática y crítica situación del covid-19, lo que deja a muchos entre la espada y la pared.
Eliagnis Mora
Fotos: Ángel Zambrano