Del traslado de urnas se apoderaron bicicletas, camiones de carga, autobuses y hasta cavas refrigeradoras de alimentos, así lo expresaron trabajadores de funerarias a El Informador quienes cuentan que buscan retomar los traslados con una leve normalidad.
Bajo la condición de anonimato, agregaron que están pasando «las de Caín» desde que inició la cuarentena por el coronavirus y la escasez de gasolina, este último los ha llevado a estar parados durante días sin poder ofrecer el servicio, a pesar de ser las personas capacitadas para ello, indican.
Señalaron que han visto una gran cantidad de vehículos no autorizados para los traslados y hacen un llamado a las autoridades para que frenen la clandestinidad de ello. «Nuestras familias también comen», dicen.
A pesar que los velorios también fueron reducidos en horario a nivel nacional como medida preventiva por la pandemia, piden que se extienda un poco más el tiempo, «por lo menos unas 4 horas», para poder cobrar el servicio, aseguran.
«Estos meses fueron difíciles porque teníamos que pasar fichas para que nos dieran un ticket para echar gasolina, ahorita esperemos que se normalice», cuentan.
Algunos funerarios coinciden en que las restricciones de Sanidad debieron ser más estratégicas porque eso fue lo que causó que otros hicieran el trabajo del gremio funerario, «Nos quedábamos varados, eso dio cabida a que los carros particulares hicieran nuestro trabajo».
Sin embargo algunos aseguran también que los traslados improvisados también se deben a la falta de recursos de muchas personas que pierden a sus familiares y tienen que buscar opciones no costosas o más económicas.
Enmanuel De Sousa
Fotos: Cortesía