En una situación que pudiera originar consecuencias impredecibles, y hasta no deseadas, se ha convertido la vida del ciudadano José Luis Rojas, de 55 años de edad, domiciliado en la calle 48 entre las carreras 28 y 29, casa signada con el N° 28-43.
Lo apunta el propio Rojas, en una comparecencia por ante nuestras oficinas de redacción, por cierto, segunda oportunidad en la que nos visita, para referirse nuevamente a su caso, “que se ha agravado hasta convertirse para mí en un verdadero infierno”.
Recordó que él reside en la vivienda antes citada desde el año 1.976,inicialmente junto con varios otros hermanos, pero que, poco a poco, todos éstos se fueron yendo de allí, menos uno, de nombre Isidro José Rijas Serrano.
Éste último –explicó- se quedó residiendo allí con su esposa, a la que identificó como María Isabel Delgado Rodríguez.
Precisó el denunciante que él, es decir, José Luis Rojas, desde hace ya algún tiempo, inició un proceso de compra dela vivienda a los dueños dela misma, que son –dijo- los miembros de la sucesión de Rafael Amador Ojeda Parra.
Pero que, paralelamente –aseveró-, su hermano, ya antes referido, inició a su vez, más o menos desde el año 2.012, un proceso de forjamiento de documentos para tratar, “no de comprar, sino de apoderase de dicha vivienda”.
Siguió explicando que, a todas éstas, obviamente, la tensión entre ambas partes fue subiendo progresivamente, hasta llegar, en principio, a los insultos y a las palabras soeces.
Pero, añadió, el asunto se agravó y ya él hasta fue víctima de una agresión por parte tanto de su hermano como de la esposa de éste, la que –dijo- hasta con un garrote lo golpeó y le fracturó la mano derecha, de la cual todavía está vendado.
-Pero el colmo de todo fue que la citada mujer se hizo golpear por mi hermano para denunciarme a mí como el supuesto agresor, y han levantado todo un expediente y una historia para tratar de hacerme meter preso.
-Es por toda esta situación que acudo de nuevo a este medio de comunicación social para pedir otra vez la intervención de las autoridades competentes, y para hacer ver que hago responsables a mi hermano y a su mujer de lo que me pueda ocurrir, no solamente a mí, sino también a mis hijos y hasta a mis nietos.
Reinaldo Gómez
[do_widget id=custom_html-8]