Dos personas murieron y tres resultaron heridas el miércoles después de que una bomba caminera explotara al paso de una patrulla talibán en un bastión del grupo Estado Islámico en el este de Afganistán, según testigos.
Nadie reclamó el ataque en un primer momento, similar a otros ataques del grupo EI contra el Talibán. Los dos grupos son rivales y EI ha redoblado sus ataques desde que combatientes talibanes tomaron el control de Afganistán en agosto.
La bomba del miércoles estalló en la ciudad de Jalalabad, la capital de la provincia de Nangarhar.
Un comandante de distrito talibán en la ciudad confirmó la explosión y dijo que cuatro combatientes talibanes habían resultado heridos. El comandante, que se identificó como Mubariz y como muchos afganos sólo utiliza un nombre, no dio detalles sobre fallecidos en el ataque, y dijo que la investigación seguía en marcha.
En las últimas semanas, las autoridades talibanes han sido reacias o lentas en publicar detalles sobre combatientes caídos, en un aparente intento de minimizar los daños infligidos por EI.
El ataque en Jalalabad se produjo al día siguiente de que atacantes de EI provocaran una explosión en el acceso de un hospital militar de 400 camas en la capital de Kabul. En el ataque murieron tres mujeres, un niño y tres guardias talibanes. Cinco agresores murieron también en el suceso, reseña AP.
Los guardias impidieron que los atacantes accedieran al hospital, según funcionarios talibanes.
El grupo EI dijo que uno de los muertos en el ataque al hospital era un destacado comandante talibán que jugó un papel clave en la toma de Kabul el 15 de agosto. Funcionarios talibanes dijeron que no podían confirmarlo de inmediato.