El alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, pidió este viernes al jefe de la diplomacia israelí, Eli Cohen, que Tel Aviv evite las «muertes de civiles» y facilite con urgencia las «pausas humanitarias» en la Franja de Gaza.
«He hablado hoy con Eli Cohen para expresarle la solidaridad y el compromiso de la UE con la seguridad de Israel, así como el apoyo a los esfuerzos de mediación para liberar a los rehenes, y subrayar la necesidad de proteger a los civiles, evitar víctimas civiles y mejorar el acceso humanitario», anunció Borrell en la red social X (antes Twitter).
El coordinador de la diplomacia comunitaria subrayó que «se necesitan urgentemente pausas humanitarias» y recordó que tanto el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, como su secretario de Estado, Anthony Blinken, han solicitado lo mismo.
«La Unión Europea está preparada para apoyar los esfuerzos de estabilización en Gaza y sigue comprometida con la solución de dos Estados como única opción viable para alcanzar una paz duradera», agregó el alto representante de la UE para la política exterior.
Netanyahu exige liberación de rehenes
Entretanto, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, rechazó este viernes un cese el fuego temporal en la Franja de Gaza si no se garantiza la liberación de los 241 rehenes que tomó el grupo islamista Hamás, enfriando las expectativas del secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, de negociar una pausa en los combates.
«Continuamos con todas nuestras fuerzas e Israel se niega a una tregua temporal que no incluya la liberación de nuestros rehenes», dijo Netanyahu tras una reunión con Blinken, quien viajó este viernes a Tel Aviv por tercera vez desde que estalló la guerra entre Hamás e Israel, el 7 de octubre.
Blinken llegó a Israel con la intención de lograr un alto el fuego temporal en la Franja de Gaza que permita la salida de extranjeros y la entrada de más ayuda humanitaria al enclave palestino, donde ya suman más de 9.200 muertos por la ofensiva que Israel inició tras el ataque de Hamás que dejó más de 1.400 muertos en suelo israelí.