El control del parlamento | Por: Jesús Simancas < El Informador Venezuela
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El control del parlamento | Por: Jesús Simancas

Jesús Simancas

A pocas horas del 06 de diciembre, fecha en la que el régimen de Maduro llevará a cabo un fraude electoral, con el fin de apoderarse de una vez por todas de la Asamblea Nacional, máximo órgano parlamentario en Venezuela. He decidido, humildemente compartir este artículo de opinión y dejarlo plasmado como parte de mi responsabilidad ciudadana y mi aporte hacia el rescate de la democracia.

En primer lugar, debemos tener en claro que controlar el parlamento, es vital para todo gobernante antidemocrático, es como parte de su “ABC”. Según la doctrina del famoso filósofo y jurista francés, Charles Montesquieu en su obra histórica del siglo XVIII “El espíritu de las leyes”, el Parlamento, es el órgano que tiene la facultad de hacerle una especie de contrapeso al o a los que gobiernan, es decir, a los que representan el Ejecutivo. Desde siempre la función neurálgica del Poder Legislativo ha sido precisamente legislar, sancionar leyes que traten de regular la conducta de todos los ciudadanos, sin distinción alguna.

Ahora bien, gobernar un país fuera de los esquemas democráticos y constitucionales teniendo en contra al parlamento no es nada fácil. Es esa la incomodidad más grande que ha tenido Maduro desde comienzos del año 2016 cuando empezó en ese momento el periodo legislativo de la Asamblea Nacional integrada mayoritariamente y por primera vez, por la oposición venezolana. De hecho, antes del inicio de dicho periodo, ya empezaba el conflicto institucional, ya que en diciembre de 2015 a través del “TSJ” ilegítimo dejaron sin efecto las diputaciones y representaciones del estado Amazonas, eliminando con ello, las dos terceras partes, mayoría parlamentaria requerida para depurar los demás órganos que conforman el Poder Público. Ese fue el comienzo de una guerra sin cuartel entre el Ejecutivo Nacional y la recién y nueva Asamblea Nacional opositora.

Cinco largos y tortuosos años han pasado desde entonces, y el país está cada vez peor. Hoy, ellos (Régimen) necesitan controlar la Asamblea Nacional a como dé lugar, para así mantenerse y seguir perpetuando en el Poder, eso está más que claro. Lo que no está muy claro, es cuál será el panorama que se avecina después de ello. Y es que nunca en toda nuestra historia habíamos vivido y sufrido una crisis estructural como la del presente, afincada especialmente en lo económico.

Los aliados potenciales del Régimen, lo tienen claro, y seguramente le han dicho a Maduro que el gobernante antidemocrático que se respete, debe tener a su merced el Parlamento de su país. Tanto así, que a comienzos de éste ya moribundo año, sabotearon la primera sesión de la Asamblea Nacional e impusieron una Junta Directiva integrada por diputados que traicionaron la causa democrática, eso está más que registrado y comprobado, sumado a ello, la pandemia del #covid-19, lo cual les sirvió como otro mecanismo de control social a la población, aprovechando la escasez del combustible, y dejando también sin efecto alguno la capacidad de actuación y movilización política en su contra. Todo lo ocurrido social y políticamente este año les cayó como anillo al dedo.

Volvamos a lo económico, sabemos que en ese escenario el país está en la unidad de cuidados intensivos. Ellos, quienes obviamente son los culpables, lo saben, y no precisamente porque lo viven o sufren, claro que no; ellos están encerrados en sus burbujas y disfrutan de los grandes placeres de la vida material debido a todo el dinero que a través de la corrupción y otras artimañas ilegales han obtenido, sin duda alguna a cuesta del sufrimiento, el hambre, la miseria, y la vida misma de muchos venezolanos. Pero, dentro del marco del objetivo claro que tienen de seguir en el Poder, como ya lo mencioné unas líneas atrás, deben buscar la forma de oxigenar la Economía del país; no digo que rescatarla totalmente, ya que para eso nunca tendrán la voluntad política.

En ese sentido, tienen bajo la manga la famosa y al mismo tiempo desconocida de su contenido “Ley antibloqueo”. Aunque, su seudónimo de por sí, da a entender mucho.

China, quien es uno de los aliados potenciales del Régimen. Es ejemplo de cómo separar el Comunismo como sistema político, del Capitalismo como sistema económico, existiendo una armonía de convivencia entre ambos. Shanghái una de sus principales ciudades, actualmente es una de las más capitalistas del globo terráqueo. Luego de la muerte de su líder comunista, Mao Zedong en los años 70, su sucesor Deng Xiaoping, tenía bien claro la necesidad de implementar el capitalismo sólo como sistema económico para sacar al gigante asiático de la monstruosa pobreza, miseria y hambre por la cual estaba atravesando producto de las malas políticas públicas comunistas.

Por otra parte, están los países Turquía, Irán y Rusia, cuyos gobiernos también respaldan al Régimen venezolano, quienes tienen grandes potencialidades no sólo en lo económico, sino también en lo militar y en lo energético.

Esos aliados de ellos, saben muy bien que desde el año 2016, ningún tratado o pacto internacional con Venezuela ha tenido la requerida y obligatoria aprobación legislativa de la Asamblea Nacional, lo cual es un vicio absoluto de nulidad para la posteridad. Es por eso que para la sanción, aprobación y materialización de esa fulana “Ley antibloqueo”, es vital el control parlamentario, no tienen de otra.

Lo que ocurrirá el 6D, es un juego cantado desde el mismo momento en que impusieron nuevamente en el Consejo Nacional Electoral un rectorado presidido esta vez por Indira Alfonzo, reconocida lacaya del Régimen. Votar en Venezuela, actualmente no es sinónimo de elegir. Es por eso que acudir a las urnas el 6D no es votar, no debemos manchar el nombre del voto con esa confusión. Acudir a las urnas el 6D es ser cómplice de uno de los fraudes políticos y electorales más grandes de toda nuestra historia.

Hablar más a profundidad de estas cosas, sería jugar a ser adivino o falso vidente. No se debe especular con estos temas tan delicados e importantes, es el futuro del país el que está en juego.

Esperemos que el año siguiente (2021) sea mucho mejor en todos los sentidos. Por ende, debemos seguir luchando hasta conseguir el rescate de la democracia venezolana.

Politólogo Jesús Simancas

Tw: @jesussimancas

Ig: @jesus_simancas

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