ICOLT / En un ambiente colmado de rumores, especulaciones, expectativas y dudas, este 5 de enero se conforma la nueva directiva de la Asamblea Nacional.
Lo hace sin que, a juzgar por declaraciones de varios diputados, cese el enfrentamiento entre las corrientes radicales y moderadas.
En ese sentido, la postura de este Parlamento en torno a temas como declarar ilegítimo el segundo período presidencial, llamar al retiro de embajadores, declarar un gobierno de transición y hasta paralelo –en el caso más radical-; o buscar una salida en el terreno de la negociación, marcarán el futuro político de los próximos días.
No obstante, analistas políticos destacan que la defensa del orden constitucional y de los derechos de la AN, debe ser la prioridad, sin dejar de lado recuperar la confianza de la militancia opositora.
Para todo ello, coinciden en que debe crearse una verdadera estrategia. Advierten que los radicalismos no han generado resultados y que la experiencia histórica apunta a la negociación, como la mejor herramienta de resolución de conflicto.
Entre rumores, se dice que aún cuando los radicales siguen haciendo peso, priva una línea cautelosa en la oposición venezolana, toda vez que hay reconocimiento de cómo la oposición ha quedado entrampada en sus propias contradicciones.
Político y calculador, así sugieren que sea el rol de la nueva directiva en momentos cuando el Gobierno, consideran los analistas, tiene necesidad de acuerdos en virtud de la situación interna y externa del país.
Mediar ahora, acotan, bien conduce a acuerdos que podrían incluir elecciones generales.
Juan Guaidó, el próximo presidente del Parlamento, representa a la tolda naranja considerada como una de las organizaciones más radicales del país. ¿Asumirá una posición mediadora?