En mundo del ecuestre nacional y mundial recuerda este 4 de enero a uno de sus mejores jinetes, Andrés Ignacio “Chepito” Rodríguez Gómez, quien falleció un día como hoy en 2016 en la ciudad de Wellington (Florida) en un accidente automovilístico, dejando un profundo dolor entre sus familiares y amistades, además de un amplio legado en este hermoso deporte, donde fue considerado en su momento cómo uno de los mejores jinetes del continente americano.
Rodríguez se encontraba en EEUU, donde residía parte de su familia y cumplía su preparación para participar en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, donde ya tenía su plaza acreditada tras haber ganado la presea de plata en los Juegos Panamericanos Toronto 2015.
El jinete venezolano acababa de regresar de su luna de miel, tras haber contraído nupcias el 5 de diciembre del 2015 con Clementine Goutal.
Ese día el mundo deportivo venezolano se tiñó de gris con esta lamentable noticia que hoy a seis años de aquella fecha, sigue causando asombro y pesar ante la pérdida de este destacado y noble atleta .
Ese mismo día el director técnico de la Federación Venezolana de Deportes Ecuestres, Francisco Mendoza, expresó que ‘Chepito’, era «una persona muy disciplinada y entregada por completo a este deporte. Por su parte Patricia Velutini, presidenta de esta organización deportiva, también tuvo palabras de pesar y reconocimiento por la trayectoria deportiva de “Chepito”.
Andrés Rodríguez se marchó de este plano terrenal con apenas 31 años de edad, cuando figuraba como uno de los mejores atletas del deporte ecuestre en la historia de Venezuela.
Y es que desde muy temprana edad dejó los colores de Venezuela en los sitiales de honor, primeramente al conquistar el Campeonato de Salto infantil de la Federación Ecuestre Internacional, luego se colgó la presea dorada en el salto por equipos en los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Mayagüez en 2010.
Rodríguez continúo alcanzando metas y se proclamó monarca en la prueba individual en los Juegos Suramericanos en Medellín, el mismo año; logró el oro junto a su equipo y la plata individual en los Juegos Bolivarianos en Lima, Perú 2013; y consiguió el anhelado cupo a los Juegos Olímpicos de Río, tras ganar la medalla de plata en los Panamericanos de Toronto 2015.
Andrés Rodríguez siempre será recordado por su amplio carisma y espíritu incansable de lucha. Andrés fue una persona que aprendió a conquistar al mundo entero por su espontaneidad y simpatía comprobada.
Siempre se caracterizó por mantener una sonrisa en su rostro y una mirada expresiva y alegre, reflejo fiel del alma noble de un atleta apasionado por su carrera, su familia, sus caballos y la disciplina deportiva en toda la extensión de la palabra.