Seguidores del presidente libanés, Michel Aoun, y de su yerno, el ministro de Exteriores, Gebran Basil, se manifestaron este domingo en la carretera que lleva al palacio presidencial de Baabda, a las afueras de Beirut, para mostrar su apoyo a ambos en medio de la crisis política que vive el Líbano y su clase dirigente.
Miles de partidarios del partido Corriente Patriótica Libre (CPL), fundada Aoun y dirigida actualmente Basil, llegaron de varias regiones del país portando la bandera de esta formación cristiana, así como la del Ejército nacional.
Los dos políticos son blanco de las críticas y ataques de los manifestantes que desde mediados de octubre han llenado las calles y plazas del Líbano para pedir un cambio del sistema de gobierno y la marcha de todos los dirigentes por su incapacidad de solucionar los problemas del país.
«La revolución debe llevarse a cabo contra la injusticia; si no, colapsará», afirmó Basil dirigiéndose a sus partidarios y haciendo así un guiño a aquellos que exigen su dimisión.
El titular de Exteriores agregó que el lema de la revuelta popular, «todos quiere decir todos», no es correcto: «Si tratan a todos de corruptos, los corruptos no podrán rendir cuentas», se defendió.
Por otra parte, pidió a los manifestantes antigubernamentales que «en lugar de bloquear las calles (…) corten el camino a los corruptos y a aquellos que no votan a favor de las leyes contra la recuperación de los fondos robados, la supresión de la inmunidad y del secreto bancario».
La Presidencia libanesa informó en un comunicado de que Aoun empezará «pronto» la ronda de consultas, para la que ya «ha realizado los contactos necesarios», sin ofrecer más detalles.