Por Félix Cordero Peraza
¿Indefinidad la situación política? Bueno, creo que no… más bien es todo lo contrario. Las cosas se ven muy claras. El gobierno imponiendo las condiciones y la fracturada oposición recibiendo el garrotazo. Vamos para las elecciones en enero de la Asamblea Nacional y ya se incorporaron al cuerpo los diputados del PSUV. ¡Se salieron a su capricho y entran a su capricho! Cuando les dió la gana… ¿Irrespeto institucional o burla democrática? Hasta ahora les han suspendido la inmunidad parlamentaria a 32 diputados. Casi un tercio de sus miembros. Por diversas y disparatadas causas. Para eso, cuentan con el obediente y disciplinado TSJ.
Consecuentemente borrego y subyugado. Ni en los cuarteles hay tanta disciplina… Fichas del gobierno elaboran las sentencias. Y la arbitraria y anodina ANC, la ejecuta haciendo caso omiso de la constitución vigente. Tal como han actuado los grandes dictadores de la historia. Adolf Hitler, José Stalin, Francisco Franco, Benito Mussoline, Sadam Husein, Augusto Pinochet o cualquiera de los de la Antigua Roma. Vivimos en la dictadura del socialismo del siglo XXI. Como lo pronosticó y planificó Chávez y lo aplica a raja tabla Maduro.
Allí, no hay originalidad. Todo es copiado del modelo Castro Cubano. Y de muchos de esos grandes dictadores de la historia. Aquí lo que hay es un proyecto de corte totalitario… autócrata. El poder de un solo hombre que somete a su voluntad a los otros poderes y al pueblo. Fantoches de una comparsa política para enriquecerse con los dineros públicos. ¡El poder por el poder mismo! Cohorte que se deleita con privilegios y franquicias de una administración pública sin control político (AN) ni Contralor Interno o Externo.
Funcionan, al empeño del inmediato superior o al calor del llamado “Plan de la Patría”; que hacen aplicar, desde Caracas, en forma improvisada y carente de evaluación y seguimiento. Una administración al garete sin rumbo de grandeza ni desarrollo. Las metas las define la capacidad que logran con el control de la voluntad colectiva. En eso, son maestros y para lo cual instalan laboratorios con ayuda internacional. Esté proyecto no es autóctono, sacado de las raices antropológicas o sociológicas del pueblo venezolano. Ha sido producto de un pensamiento resentido cargado de odio y fobia.
Ahora nos ponen a mirar las musarañas con eso de las elecciones para la Asamblea Nacional y el nombramiento del nuevo Consejo Nacional Electoral. ¿Qué buscan con esto? Si en veinte años poco les ha importado la institucionalidad y la independencia de los poderes. Desde que perdieron la mayoría de la AN, la han declarado en “desacato”, con lo cual le quitaron sus facultades de legislar y controlar. Tirandose a la torera las libres y democraticas elecciones que les eligieron y la voluntad del soberano. Les suspendieron el presupuesto en un acto de neto corte despótico, persiguen a sus miembros, les hacen preso y torturan.
Hay que entender que este tipo de gobierno, fuera de los estandares internacionales democráticos, no puede funcionar con la independencia de los poderes. Donde exista control político, legal, presupuestario y de la opinión pública. Son absolutistas y grandes dictadores. Todas las barbaridades y tracalerías constitucionales y legales, que han cometido, han tenido como objeto impedir el control de su gestión. Quitar las piedras en el camino para implantar un gobierno de clara factura autocrática y opresora. Donde juega papel importante el terror, el conformismo y la pasivida.
Lo que está muy ostensible es el hecho de que un gobierno con estas características, razgos y particularidades, en su comportamiento político y anti democrático, no puede ser cambatido con las reglas de la democracia occidental. Que ha sido basada, en los principios de la soberania popular de los griegos, la separación y equilibrio de los poderes, de Roma y las ideas de la libertad y dignidad del pensamiento de las personas, como derecho humano.
En donde sobresalen el diálogo, la negociación y los pactos entre los diferentes sectores de la sociedad, para la resolución de sus conflictos. Se respetan las minorias y se acatan las decisiones de los difrentes poderes; especialmente el parlamentario, que siempre ha sido un centro de discusión, consenso y disensión. Entonces, allí esta el reto, la opción efectiva que dé con el trasto a este régimen ignominioso y vergonzoso.