Las cicatrices se generan cuando el cuerpo se cura después de sufrir una cortadura, raspón, quemadura o una llaga, y se trata de un parche de piel permanente que crece sobre la herida.
Cuando una herida está en proceso de curación, nuestro organismo se activa para reparar todos los tejidos, tanto internos como externos. Las cicatrices son la respuesta orgánica y efectiva para la curación, su aparición es necesaria. Pero si en el proceso, la herida segrega demasiados factores de crecimiento, provocará el crecimiento anormal de la cicatriz. Esto se conoce como ‘queloide’.
En concreto, las cicatrices queloides se forman por una producción excesiva de colágeno durante el proceso de cicatrización que provoca un abultamiento en la cicatriz y un color más rosado de lo normal.
La aparición de este tipo de cicatriz es difícil de prevenir ya que hay personas con cierta predisposición genética a los queloides, a menudo se transmiten de padres a hijos. Muchas personas ni siquiera caen en que debajo de esta cicatriz se ha formado un queloide y descuidan su tratamiento.
Sin embargo, los expertos aseguran que las marcas de las cicatrices pueden mejorar (mucho) si sabemos cómo tratarlas.
Para evitar la formación de una cicatriz queloide durante el proceso de cicatrización, es importante tener algunos cuidados, como utilizar protector solar todos los días y usar cremas o pomadas recomendadas por el dermatólogo cuando la piel esté cicatrizando./SYGA
Con información de 800noticias
Foto: Freepik
[do_widget id=custom_html-8]