La aspirante demócrata, Kamala Harris y el expresidente Donald Trump, ambos con intenciones de convertirse en los nuevos inquilinos de la Casa Blanca se encuentran en Pensilvania, uno de los estados claves o pendulares de esta elección presidencial, que según expertos es una de las más reñidas de la historia moderna.
Ambos candidatos han ofrecido diferentes visiones para su nación, y esperan lograr llevar a sus seguidores a los centros de votación para asegurar el triunfo.
“Estados Unidos está preparado para un nuevo camino en el que no veamos a nuestros compatriotas como enemigos, sino como vecinos”, dijo Harris a la multitud en un mitin celebrado por la tarde en Allentown, Pensilvania.
Mientras que Trump comenzó su día en Carolina del Norte, donde acusó a sus rivales de destruir Estados Unidos.
“Mañana tienen que plantarse y decirle a Kamala que ya están hartos”, dijo. “Kamala, lárgate de aquí. Estás despedida”.
Tras visitar Pittsburgh, ambos aspirantes cerrarán sus campañas en campos de batalla cruciales: Trump irá a Míchigan, tal y como lo ha hecho en las dos últimas elecciones, y Harris visitará Pensilvania con una parada en Filadelfia, la ciudad más grande de un estado que ambos candidatos consideran vital para la victoria.
Tanto demócratas y republicanos entra en sus últimas horas en un ambiente de extrema incertidumbre y con un electorado profundamente dividido, quienes solo encargado de definir el destino de la primera potencia económica del mundo.
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