BEIRUT (AP) — El Programa Mundial de Alimentos de la ONU informó el lunes que finalizará en enero su principal programa de asistencia en Siria, devastada por la guerra, donde más de 12 millones de personas carecen de acceso regular a alimentos suficientes.
En los últimos años, el PMA ha reducido su apoyo en Siria y los países vecinos que acogen a millones de sirios que huyeron del conflicto, ahora en su 13er año. Las agencias humanitarias han luchado por atraer la atención del mundo nuevamente hacia Siria mientras enfrentan fatiga de los donantes y presupuestos cada vez más reducidos.
En julio, el PMA dijo que tuvo que recortar la asistencia a casi la mitad de los 5,5 millones de sirios que apoyaba en el país debido a restricciones presupuestarias.
Un mes después, la agencia recortó drásticamente la ayuda en efectivo a los refugiados sirios en Jordania. En noviembre, la agencia y la agencia de la ONU para los refugiados dijeron que reducirían en un tercio el número de refugiados sirios en el Líbano que recibirán asistencia en efectivo el próximo año.
En su último comunicado, el PMA dijo que los recortes se producen cuando la inseguridad alimentaria es “peor que nunca” y que millones se verán afectados.
El informe más reciente de la agencia de septiembre decía que 3,2 millones de sirios se beneficiaron de sus programas.
El PMA dijo que mantendrá programas de ayuda más pequeños, un programa de comidas escolares e iniciativas para rehabilitar los sistemas de irrigación y las panaderías de Siria.
Al igual que otras agencias humanitarias importantes, el PMA, después del inicio del levantamiento de Siria convertido en guerra civil en 2011, aumentó el apoyo a los sirios en el país y a aquellos que huyeron al Líbano, Turquía, Jordania e Irak.
Han culpado de la reducción de sus presupuestos para Siria a la fatiga de los donantes globales, la pandemia de COVID-19 y la guerra en Ucrania. Mientras tanto, las necesidades han aumentado en la asediada Franja de Gaza durante la guerra entre Hamás e Israel.
Aunque gran parte de los combates en Siria han disminuido, el panorama económico es sombrío, ya sea en territorio controlado por el gobierno, el enclave del noroeste bajo militantes vinculados a la red Al Qaeda y rebeldes respaldados por Turquía, o el noreste bajo fuerzas lideradas por kurdos respaldadas por Estados Unidos.
La ONU estima que el 90% de toda la población de Siria vive en la pobreza. El valor de la moneda nacional se ha disparado, mientras florece el tráfico ilegal de drogas y los sirios desempleados intentan irse en busca de oportunidades a otros lugares.