Cientos de manifestantes trataban de dar una nueva vida al movimiento francés de los “chalecos amarillos” el sábado con marchas en París y mítines en otras ciudades, aunque al parecer han tenido poca convocatoria.
No hubo reportes de violencia en el octavo sábado consecutivo de protestas, en contraste con algunas manifestaciones de diciembre que terminaron en violencia caótica. Las líneas del metro de París estaban abiertas.
Las autoridades han advertido que no tolerarán actos ilegales. Una figura conocida en el movimiento, Eric Drouet, fue detenida durante la noche esta semana por supuestamente organizar una manifestación ilegal.
El viernes, el portavoz del gobierno, Benjamin Griveaux, dijo que los que siguen protestando «quieren insurrección».