Corea del Norte hace su primera prueba de 2022 con el lanzamiento al mar de un proyectil que se presume sea un misil balístico, indicaron este miércoles fuentes oficiales de Corea del Sur y Japón.
El ejército de Corea del Sur señaló que su vecino septentrional lanzó lo que «presumiblemente era un misil balístico» hacia las aguas al este de la península coreana sobre las 08h10 locales (23H10 GMT del martes).
A su vez, el primer ministro japonés Fumio Kishida expresó: «Es realmente lamentable que Corea del Norte esté lanzando continuamente misiles desde el año pasado».
EL portavoz del gobierno nipón, Hirozaku Matsuno, indicó que si el artefacto «ha seguido una órbita normal, debería haber viajado unos 500 kilómetros y haber caído fuera de la zona económica exclusiva de Japón».
En su primera década en el poder, el dictador Kim Jong Un ha priorizado el desarrollo armamentístico y nuclear del país comunista, aunque ello le haya supuesto importantes sanciones internacionales.
Si bien los problemas económicos del país se agravaron por la pandemia de coronavirus, el aislado régimen comunista ha mantenido esta estrategia con una serie de ensayos militares entre septiembre y octubre de 2021 que volvió a retomar este miércoles.
Mensaje a Washington
Entre septiembre y octubre de 2021, el régimen comunista norcoreano anunció ensayos exitosos de misiles de crucero de largo alcance, misiles balísticos desde un submarino y desde un tren, además de lo que definió como una prueba de misil hipersónico.
Estos anuncios estuvieron acompañados también de informaciones de progresos militares de Corea del Sur, en lo que parecían señales de una carrera armamentística en la península tras la ruptura de las negociaciones sobre una eventual desnuclearización en esa conflictiva región.
Las conversaciones entre Pyongyang y Washington quedaron rotas tras el fracaso en 2019 del diálogo emprendido entre Kim y el entonces presidente estadounidense Donald Trump.
Su sucesor, el demócrata Joe Biden, ha declarado repetidamente la predisposición de la nueva administración a reunirse con representantes norcoreanos pero Pyongyang guarda silencio al respecto y acusa a Washington de mantener su política «hostil».
«Pyongyang está mandado el mensaje a Estados Unidos de que no va a cambiar y, por lo tanto, Washington debe ceder», indicó Shin Beom-chul, del Instituro de Investigación de Estrategia Nacional de Corea.