Las familias prefieren velar al difunto en sus hogares para reducir los gastos mortuorios. En Barquisimeto, 70 % de las salas velatorias se quedan vacías, expresa Diosana Martínez, integrante de la Cámara Funeraria.
De 15 servicios que se vendan al mes, al menos 12 optan por servicio a domicilio. Es decir, le alquilamos el mobiliario sillas, floreros, catafalco, capilla de cortina, floreros…
A su juicio, significa un retroceso. Las sepulturas con concreto desaparecieron, debido a la escasez de cemento y cuando se encuentra es muy caro. La pompa y la suntuosidad se acabó.
“Tengo dos meses que no alquilo una sala velatoria. El arrendamiento, por 24 horas, cuesta 4 millones de bolívares y la gente prefiere suprimir ese gasto. “Paulatinamente, se ha ido perdiendo un entierro digno”, acota Martínez.
Cooperativos ilegales
Martínez denuncia que por la misma crisis económica también proliferan las cooperativas ilegales que ofrecen servicio a domicilio más barato, porque no pagan impuestos. “Se creen que porque disponen de mobiliario son funerarias”, fustigó.
En la actualidad, la lucha es constante. Hay funerarias que mantienen su cartera de clientes como la del Este de Barquisimeto, pero en el centro de la ciudad existe más competencia y siempre hay disponibilidad de salas, comenta.
Aura Rosa Castillo.
Foto referencial: Daniel Sosa.