En el contexto general y social, la solidaridad es un valor humano que consiste en ayudar a otra persona o ser viviente de manera desinteresada, es decir, sin esperar nada a cambio y sin ningún interés de por medio.
Una persona solidaria es aquella que brinda un apoyo a otra al reconocer que esa tiene una necesidad que en esos momentos no puede cubrir. La solidaridad se da manera voluntaria, y el único beneficio que podría conseguir quien la lleva a cabo es su satisfacción personal.
La solidaridad es una de las virtudes que caracterizan al venezolano en contraste de otras nacionalidades y no es que en otras naciones no sean solidarios, pero el venezolano desde el comienzo de su historia siempre ha demostrado ese don y en los últimos años florece aún más, dentro y fuera de nuestras fronteras, tanto entre personas, como con los animales, el medio ambiente y el desarrollo propio de la nación.
Este es el caso de la Prof. Mayela Cordero, quien desde hace algunos años, se ha dado a la tarea de alimentar y rescatar a perros y gatos callejeros, incluso otras especies como morrocoyes y aves, labor que realiza de la manera más espontánea y con el más profundo amor por los animales.
Cordero recorre las calles de Barquisimeto varios días a la semana con unos cuantos kilos de comida (arroz y vegetales principalmente), además de algún otro sustento alimenticio, para dar un plato a los animales que encuentre en su camino, labor que desempeña junto a su amigo Leonardo Álvarez y la joven Yasleny Pérez.
“Desde que era una niña me nació este amor por los animales. En una oportunidad rescaté una perrita y lo llevé a casa sin que mis padres se dieran cuenta, luego al enterarse ellos se enamoraron del cachorrito y lo tuvimos de mascota, pero en esta labor llevo 13 años junto al Sr. Leonardo, con quien formé el Grupo San Francisco de Asís y Yasleny siete años”, personas que sienten la misma pasión y amor por estos animalitos que nos demuestran ser hasta más humanos que nosotros”, expresa Cordero, quien destaca que otros muchachos que la acompañaron en su inicio se fueron del país.
“Nuestro trabajo viene creciendo e incluso logramos constituir un refugio en una casa con buen terreno ubicada en la zona norte de Barquisimeto, además de los perros y gatos que tengo en mi casa y en las casas de mis compañeros, donde se gastan cerca de 65 kilos de arroz al mes, más la proteína, entre los que permanecen en el refugio, como los que alimentamos en la calle”, indica.
Esta labor va más allá de la alimentación, logrando incluso con el apoyo de los médicos veterinarios Leonardo José Rojas Paredes y Eugenio Jiménez hacer jornadas de esterilización a bajo costo, solo para cubrir los honorarios de los doctores. “Estas jornadas las hemos realizado en algunos liceos que nos han abiertos sus puertas para llevar a cabo las mismas y nosotros acondicionamos los salones para el buen desempeño de los doctores. Para este año estamos planificando llevar a cabo una jornada en julio”, informa.
Es difícil hacer un cálculo de cuantos animales han ayudado estas personas en estos 13 años, lo cierto que el gran porcentaje de estos han estado cerca de la muerte, animales que han sido maltratados y han logrado recuperar gracias al amor brindado por estas personas. Hay quienes han seguido esta labor y estiman unos dos mil animales rescatados y atendidos.
“Nosotros no tenemos día de descanso, no tenemos una planificación, nuestra ayuda es diaria e incluso se nos presentan emergencias cualquier día de la semana. Gracias a Dios cuento con muy buenos vecinos quienes conocen esta obra y me regalan platos desechables para servir los alimentos. En el aseo de los animales también hay gastos, así como también en medicinas, desparasitantes”, destacó.
“Nosotros le hemos arrebatado a la muerte unos cuantos animalitos. Ellos sufren igual que nosotros, ellos tienen sentimientos y el amor los fortalece. En estos años de servicio desprendido hemos aprendido mucho de estos animalitos, vemos como entre ellos perros y gatos se ayudan y nos dejan muchas lecciones de vida como lo es la convivencia, ellos son muy inteligentes y yo siempre converso con ellos”
Para cerrar, la Prof. Mayela Cordero, como su compañera Yasleny Pérez, expresaron su agradecimiento a quienes de alguna manera u otra han apoyado esta noble labor. “Tratemos de ser tan humanos como los animales, porque ellos no tienen miramientos para ayudarse entre ellos. Los animales son inteligentes, ellos sufren, sienten al igual que nosotros, sienten el desprecio y debemos humanizarnos más. Los animales merecen ser amados y respetados”.
Julio Urdaneta
Fotos: Mayela Cordero