Sobre la fundación geriátrico Mis años de vida que en la actualidad atiende 28 “abuelos”, con edades entre 56 y 95 años, pesa una alerta de desalojo, expresa Yelitza Peña, directora de la referida fundación.
Por tanto, manifestó su preocupación y pide ayuda a las autoridades gubernamentales. De los 28 abuelos, cuatro no tienen familia conocida y seis son de la comunidad.
Relata que llegaron al sitio por intermediación de Harol Clemente, quien en ese momento, era el director de la Fundación de Atención Social, (Fundasel), de la Gobernación de Lara.
La edificación fue construida por el INASS, en la urbanización José Gil Fortoul, de Barquisimeto, en donde funcionó un comedor para personas de la tercera edad que administró Asomicruz, refirió.
“Siempre se trabajó bien, en armonía con la asociación. Pero ahora Orlando Sira, miembro de Asomicruz, pretende que se firme un contrato con cláusulas con las cuales no estoy de acuerdo”, expresó.
La fundación no tiene fines de lucro. Las familias que pueden pagan una mensualidad para cubrir entre otros gastos, personal y comida, y se complementa con donaciones.
Las ayudas proceden de instituciones y particulares, incluidas familias que residen en el exterior. “Haber laborados durante 29 años en distintos centro de salud de la ciudad me ha abierto puertas”, explica.
No consigue casa
Pérez reitera su preocupación debido a que en el mercado inmobiliario está muy limitado el alquiler de casas y menos con las condiciones requeridas para el cuidado de personas de la tercera edad.
Más aun cuando tienen limitaciones motoras así como mentales. Por tanto, se necesitan espacios que les permitan realizar actividades que les distraigan, como por ejemplo son los juegos de mesa.
Incluso algunos colaboran con el mantenimiento de las sillas, dijo.
“Queremos seguir trabajando y ofrecer atención de calidad y cariño a los abuelos ”. En la fundación laboran10 personas, subraya Pérez.
Atención y cariño
José Pérez resalto que sufrió un ACV y ha recibido “muy buena atención”, cumple con el tratamiento médico, la alimentación y la higiene es de primera.
«Están pendiente del aseo personal. Me cambio de ropa todos los días y también colocan sábanos limpias a diario. Desde hace tres años estoy el cuidado de “la licenciado Yelitza”.
Testimonio similar ofreció Aída Mería Hervilla quien llegó al geriátrico Mis Años de vida, hace dos años. “Me siento muy bien, aquí todo es chévere, no existe discriminación.
“Tengo dos hijos, pero estoy aquí (geriátrico) porque estoy padeciendo episodio de alzheimer, aunque no tan grave”, dijo.
@auritarosacastillo
Fotos: Angel Zambrano