Parece toda una serie de televisión. La estrella porno y el presidente, la saga que salpica al exmandatario estadounidense Donald Trump quien compareció este martes 4 de abril ante un juez en Manhattan en el caso de un pago para comprar el silencio de la actriz.
Todo comienza en julio de 2006, cuando el magnate Donald Trump, y una diva de películas porno se cruzaron durante un torneo de golf, en el oeste de Estados Unidos, destacando la pasión de Trump por este deporte y las rubias. Su nombre Stephanie Gregory Clifford, mejor conocida como Stormy Daniels.
En marzo de 2018, Daniels presentó una demanda para invalidar un acuerdo de confidencialidad que había firmado con Michael D. Cohen, abogado personal de Trump, antes de las elecciones presidenciales de 2016. El caso ha sido uno de los más sonados en la presidencia de Trump y deja bien claro la influencia que pueden tener las acusaciones de acoso sexual en la política.
La mujer detrás del proceso legal más grave contra un expresidente en la historia de EE.UU. es una reconocida estrella porno. Daniels ha sido una figura controvertida desde que reveló su supuesto encuentro sexual con el entonces candidato presidencial Donald Trump en 2006.
Daniels tuvo una infancia difícil debido a la separación de sus padres cuando tenía 4 años, y luego su madre tuvo dificultades económicas para mantener a la familia. Esto llevó a la joven a trabajar en varios empleos desde temprana edad.
Cuando tenía 17 años, Daniels empezó a trabajar como stripper en un club de Luisiana y decidió adoptar un nombre artístico. Como fanática de la afamada banda de rock californiana Motley Crue, decidió rendir tributo a la hija del bajista de la banda, que se llama Storm. El apellido es en honor a la marca de whisky Jack Daniel’s.
En el año 2000, Stormy Daniels inició su carrera como actriz de películas pornográficas con la productora Wicked Pictures, donde tuvo una carrera muy activa. Además, participó en producciones de Sin City Studios. A partir del 2004, Daniels también comenzó a dirigir películas pornográficas para Wicked Pictures y más tarde se desempeñó como guionista.
No había muchas mujeres directoras en la industria del cine para adultos, pero logra destacarse y se convirtió en una de las directoras más exitosas del negocio, recibiendo varios premios de la revista Adult Video News (AVN), considerados los equivalentes de los Oscar de la industria pornográfica.
La actriz es clave en el caso por el que Donald Trump fue imputado en Nueva York, convirtiéndose así en el primer exmandatario de su país en enfrentar cargos penales. Un gran jurado lo imputó por el pago durante la campaña presidencial de 2016 para silenciar a Daniels, una exestrella pornográfica que asegura haber mantenido una relación extramatrimonial con él.
La exactriz aseguró en una entrevista que un hombre se acercó a ella y a su pequeña hija en un estacionamiento en Las Vegas y le dijo que «dejara a Trump en paz». «Ella es una niña hermosa. Sería una pena que le pasara algo a su madre», le habría dicho el hombre.
Luego Daniels reconoció que aceptó US$130.000 como «pago secreto» de Cohen a cambio de su silencio, un mes antes de las elecciones presidenciales de 2016. Aseguró que lo hizo porque estaba preocupada por la seguridad de su familia.
Con información de Primicia vía BBC