Para el politólogo venezolano Piero Trepiccione, el último escándalo descubierto en Pdvsa puede cambiar la manera como los venezolanos abordan el asunto electoral de cara a las presidenciales del 2024.
En ese sentido, cree que en la actualidad la corrupción sí puede ser un arma electoralmente efectiva, algo que no había ocurrido en el pasado, pues en los estudios de opinión se podía observar que los malos manejos administrativos preocupaban a pocos venezolanos, al punto que en las encuestas “nunca pasó de 2% o 3% como problema fundamental de los venezolanos”.
La inseguridad personal, la inflación, el alto costo de la vida, las fallas en los servicios públicos generaban mucho más rechazo que la corrupción, a pesar de que “hayamos tenido escandalazos”, acota el también coordinador general del Centro Gumilla en Barquisimeto.
Estima que la abundancia de recursos generados por la renta petrolera impedía que se utilizara el tema de la corrupción como arma electoral, daba pocos créditos en ese campo, “porque era un tema invisibilizado en la sociedad venezolana. Ahora la situación es diferente, la baja capacidad adquisitiva de la gente o las dificultades, para subsistir en condiciones mínimas, le da otra característica”.
Trepiccione estima que el “tema de la corrupción puede tener profundos impactos políticos, porque la gente más que rabia, más que coraje, no te voy a decir la grosería que usamos en Venezuela, más que eso lo que hay es indignación, y la indignación produce, provoca, resultados electorales”.
Esos estados de indignación colectiva producen outsiders, prosigue Trepiccione, que pueden venir del liderazgo político tradicional, pero que tienen que logran crear narrativas que los distingan y distancien de esos casos de corrupción, que les permitan capitalizar esa indignación generalizada. “El candidato o candidata que logre generar una narrativa de distanciamiento con ese estatus corrupto, puede cobrar en este proceso”.
Un escenario parecido
Algo de eso se vivió con Hugo Chávez en 1998, cuando AD y Copei estaban demasiado desprestigiados y, primero Irene Sáez capitalizó ese descontento, pero cometió un par de errores que le permitieron a Hugo Chávez “colarse por la baranda. Entonces el escenario actual está para un liderazgo de ese tipo”.
Con información de Contrapunto
Foto: cortesía Radio Fe y Alegría