La presidenta peruana, Dina Boluarte, negó el viernes que sea propietaria de relojes de lujo y de valiosas joyas, luego de un interrogatorio de cinco horas ante la fiscalía por una investigación en su contra, que ha desatado una crisis política en el país, por presunto enriquecimiento ilícito.
En un pronunciamiento desde el palacio presidencial, Boluarte aseguró que algunos relojes de lujo que usó en sus actividades públicas le fueron prestados por un gobernador amigo y que las joyas usadas son de fantasía.
Defendió, además, que todo lo que se ha dicho sobre las joyas “es falso” y mostró ante la prensa algunos artículos que portaba en ese momento, como unos pendientes, un anillo o una pulsera.
No hizo mención a cientos de miles de dólares en sus cuentas bancarias que la fiscalía investiga por ser “de origen desconocido”.
Boluarte declaró cinco horas en la fiscalía sobre el origen de joyas, relojes de lujo y cientos de miles de dólares en sus cuentas bancarias sobre las que mantuvo silencio desde mediados de marzo. Comentó que fue por el consejo de su abogado.
El caso se inició por una publicación en medios en donde la mandataria aparecía con un reloj de lujo de la marca Rolex y que derivó en cuestionamientos a su figura y en una indagación preliminar. Su casa fue allanada a la fuerza por la policía la semana pasada en busca de los objetos de valor cuestionados.
La mandataria reconoció el viernes que “fue una equivocación haber aceptado en calidad de préstamo estos relojes que mi amigo Wilfredo Oscorima… me los haya prestado”.
Y añadió: «Quizá en el ánimo de querer representar bien a mi país me llevaron a aceptar ese préstamo, los cuales ya los he devuelto y como esos relojes no son de mi propiedad, no estaba obligada a declararlos en la declaración de bienes y rentas».
Oscorima es el gobernador de la región Ayacucho, una de las más pobres de Perú. Está investigado actualmente por corrupción. Logró su fortuna en el rubro de los casinos y tragamonedas.
La defensa de Oscorima no se ha pronunciado públicamente sobre si el gobernador le prestó relojes a la mandataria.
Boluarte, acompañada de sus abogados, añadió en la conferencia de prensa posterior a su presentación ante la fiscalía que otro reloj, supuestamente Rolex, del que dijo días atrás que era de “antaño” y lo había adquirido “fruto de su esfuerzo” de trabajo desde los 18 años, en realidad lo había comprado en mayo de 2022 en la ciudad suiza de Davos.
Entonces era vicepresidenta, cuando aún gobernaba Pedro Castillo, y viajó a la Asamblea Anual del Foro Económico Mundial.
De la pulsera de oro con diamantes incrustados marca Cartier, en realidad, Boluarte aseguró que es una “pulsera de bisutería fina y es mi pulsera y la uso de forma pública y transparente”.
Añadió que un supuesto juego de collar y pendientes con perlas cultivadas marca Van Cleef en realidad era de una modesta marca peruana llamada Unique. “Vean la cajita totalmente usada, la tengo hace más de ocho años conmigo y la noche del allanamiento nefasto estaba en mi cómoda en su cajita allí colocada todas mis joyas”.
También se refirió a otro juego de collar, indicando que era de plata, y a un anillo que también era de fantasía.
El Ministerio Público dijo temprano en un comunicado que el fiscal general Juan Villena se encargó de tomar las declaraciones a la mandataria. Villena comentó el martes ante una comisión del Congreso que esperaba que Boluarte pueda ofrecer “los medios probatorios” necesarios.
La Fiscalía General afirmó que las joyas y relojes de lujo podrían sumar más de 500.000 dólares, mientras que sus cuentas poseen más de 400.000 dólares cuyo origen tiene que esclarecer.
Un grupo de manifestantes que protestaban contra Boluarte caminó hasta el palacio presidencial, a pocas cuadras de la Fiscalía General, al grito de “que se vayan todos”, pero fueron frenados por los policías antimotines que los alejaron de la zona lanzando bombas lacrimógenas.
La víspera el primer ministro Gustavo Adrianzén dijo que esperaba que con las declaraciones de la presidenta se acabe lo que calificó de “culebrón”. “Presumo que después de esta explicación no le quede más al Ministerio Público que cerrar esta investigación”, agregó.
La presidenta sobrevivió el jueves a dos pedidos legislativos de destitución por “incapacidad moral permanente” impulsados por grupos de izquierda. Las mociones no alcanzaron los 48 votos requeridos para pasar a un debate que hubiera expuesto más a la presidenta.
Al final de su investigación, la Fiscalía puede presentar una denuncia constitucional ante el Parlamento que, luego de un trámite dentro de una comisión y la votación de los legisladores, puede quedar lista para enviarse ante un juez apenas finalice el gobierno de Boluarte el 28 de julio de 2026.
Mientras tanto, la mandataria puede ser investigada de forma preliminar por la Fiscalía, incluyendo allanamientos, incautaciones, el levantamiento del secreto bancario y el rastreo de sus comunicaciones. Lo único que no se puede realizar en este periodo es un arresto preventivo.
Con año y medio en el poder, Boluarte tiene una impopularidad de 86%, según el Instituto de Estudios Peruanos.
Boluarte llegó al poder en julio de 2021 como vicepresidenta y ministra del presidente Pedro Castillo. En diciembre de 2022 se convirtió en mandataria sucediendo a Castillo, destituido por el Parlamento y preso mientras es investigado por corrupción y rebelión, tras intentar disolver el Congreso para evitar una votación de remoción en su contra y gobernar de facto.
Antes de 2021, la mandataria era una modesta funcionaria de una oficina de registro de identidad.
AP