Los restos del cohete chino Long March 5B, de 22 toneladas, que sirvió como transportador de una nave espacial lanzada al espacio el pasado 29 de abril de 2021, podría atravesar la atmósfera terrestre en su camino de regreso a la Tierra e impactar en cualquier lugar del planeta.
Mike Howard, portavoz del Departamento de Defensa de Estados Unidos, explicó que el módulo vuela fuera de control y está siendo rastreado por el Comando Espacial con el fin de calibrar dónde puede caer. Sin embargo, el «punto exacto de entrada a la atmósfera de la Tierra» del cohete aún no se puede identificar.
Se espera que el Long March 5B entre en la atmósfera de la Tierra «alrededor del 8 de mayo», después de separarse de la estación espacial Tianhe.
Si bien la mayoría de desechos espaciales se queman en la atmósfera, el tamaño del cohete genera preocupación en el Pentágono porque algunas de sus piezas más grandes podrían entrar en la atmósfera terrestre y causar daños si golpean áreas habitadas.
La publicación especializada SpaceNews considera el episodio como «uno de los casos más relevantes de reentrada atomosférica incontrolada de una nave espacial que potencialmente podría aterrizar en un área habitada».
Aun así, lo más probable es que el cuerpo del cohete caiga en un lugar deshabitado como los océanos de la Tierra, que cubren el 70% del planeta.
La probabilidad de que alguna persona sea alcanzada por desechos espaciales es extremadamente baja: una entre varios miles de millones de posibilidades./SYGA
Foto: referencial AP