El pasado 27 de mayo una elefante en la India estaba deambulando en busca de comida y los habitantes de un pueblo llamado Malappuram, Kerala le dieron a comer una piña con explosivos
Mientras la elefanta comía la fruta suministrada por los lugareños, el petardo estalló en su boca causándole varias heridas y un fuerte dolor.
La explosión fue tan poderosa que su lengua y boca resultaron muy heridas. Para tratar de aliviar su dolor, la elefanta se paró en el río Velliyar, para quedarse flotando y que su boca y lengua sintieran algún tipo de alivio.
«La fruta llena de explosivos explotó en su boca, causándole graves heridas», dijo Surendra Kumar, alto responsable de la protección de la fauna de Kerala.
La muerte de la elefanta provocó gran indignación en redes sociales después de que Mohan Krishnan, funcionario forestal, compartiera, el pasado 30 de mayo en su Facebook, una disculpa dirigida al elefante, según informó la ‘BBC’.
“Lo siento, hermana”, escribió Krishnan, testigo de la muerte de la elefanta. “Se paseaba hambrienta sin poder comer. Tenía la boca y la lengua destruidas por la explosión. Debe haber estado más preocupada por el hijo dentro de ella que por su propia hambre”.
Además, aseguró que la elefanta, de 15 años y dos meses de embarazo, «no le hizo daño a un solo ser humano, incluso cuando corría con un dolor punzante por las calles de la aldea, ella no dañó a nadie».
Varios lugareños encontraron al animal tratando de refrescarse en el río Velliyar, poco después de la brutal agresión. Se encontraba con las rodillas dobladas y la cabeza sumergida en el agua. Cuando trataron de sacarla del río para llevarla a un centro de tratamiento, se derrumbó y murió.
«Cuando la vi, ella estaba parada en el río sin hacer ningún ruido. Posiblemente estaba sintiendo un alivio al sumergir su tronco y boca en el agua«, dijo Krishnan a la ‘BBC’. Relató, además, que fue dentro del río cuando murió de una manera inusual: de pie.
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Un alto funcionario local dijo que la elefanta permaneció en el agua durante cuatro días, incluso cuando los trabajadores de vida silvestre y los veterinarios intentaron salvarla.
«Hicimos todo lo posible para salvarles vida de la madre y al bebé, pero fallamos», dijo KK Sunil Kumar a la ‘BBC’.
Las autoridades solo se dieron cuenta de que estaba embarazada cuando se realizó su autopsia.
«El médico que la atendió dijo, mientras lloraba, que no estaba sola. Aunque la máscara lo ayudó a ocultar la expresión, entendí su dolor», agregó Krishnan en su relato por Facebook.
Este suceso ha producido gran indignación en India. Ratan Tata, presidente de Tata Sons y uno de los principales empresarios de la India, dijo que «la justicia debe prevalecer». Mientras el capitán de cricket indio, Virat Kohli, describió el asesinato como un «acto cobarde».
Tras lo ocurrido, según han relatado los funcionarios forestales, se abrió una investigación por un posible delito de maltrato animal.
“Los autores podrían enfrentar cargos de crueldad hacia los animales que podrían traducirse en multas o penas de prisión”, aseguró el alto responsable de la protección de la fauna de Kerala, Surendra Kumar.
El ministro de Medio Ambiente, Prakash Javadekar, dijo que el gobierno había tomado «una nota seria del asesinato». Por otro lado, el primer ministro de Kerala afirmó que la investigación se centra en «tres sospechosos”.
Douleydis Romero