Para el licenciado Franklin Peña, “cuesta creer que ni el fiscal ni el contralor general de la república, y mucho menos el presidente de la Asamblea Nacional, hayan dicho nada, hasta ahora, sobre el pago de 60.000 dólares a Bonny Cepeda por cantarle tres temas musicales en su cumpleaños a Nicolás Maduro…”
A juicio de Peña, “pese a que con este gobierno ya los venezolanos hemos perdido nuestra capacidad de asombro, estamos en presencia de algo que pudiéramos calificar como el colmo de los colmos, del descaro, del cinismo y del desparpajo”, por parte de Maduro.
Se refería Peña, líder del Movimiento Gente Independiente (MGI) en el Estado Lara, a lo dicho públicamente por el propio Cepeda en una entrevista televisiva, en la que admitió haber cobrado 60.000 dólares por entonar tales canciones, en ocasión del reciente cumpleaños del primer mandatario venezolano.
-Sería bueno hacerle algunas preguntas al ocupante de la silla de Miraflores, como, por ejemplo:
-¿A cuántos venezolanos (hombres, mujeres y niños) afectados de cáncer no se hubiera podido ayudar con ese dinero para adquirir sus medicinas y cumplir así sus adecuados tratamientos para salvar sus vidas…?
-¿Cuántos equipos médicos para los tratamientos de diálisis a millares de connacionales no se pudieron haber adquirido?
-En fin, presidente Maduro, conteste usted, por favor, cuántas vidas de millones de compatriotas que se hallan en extrema pobreza se podrían haber salvado…
“En un ratico…”
-Es que son muchos –aseveró el dirigente político- los milagros sociales que se pudieron plasmar en realidad con esa inmensa cantidad de dinero que Nicolás Maduro, al mejor estilo del sátrapa norcoreano, King Jong-un, malgastó en un ratico, en un concierto privado, simplemente para celebrar su cumpleaños.
-Un concierto que, por cierto, no fue nada privado, porque nuestro primer mandatario tuvo la desfachatez de cuidarse de que se le restregara en la cara a los venezolanos, a través de la televisión, toda la pompa y toda la lujosa parafernalia que allí se mostraba, con la participación, además, de otros cantantes y bailadores que seguramente también cobraron lo suyo.
-Y todo para darle paso a la materialización de una debilidad pequeño burguesa -como seguramente la calificaría Alí Primera- del señor presidente, debilidades que, por cierto, estos seudorrevolucionarios que gobiernan dicen cínicamente combatir tanto.
“Silencio cómplice…”
-Pero lo que más impresiona es el silencio cómplice –o pudiera ser también “aprobatorio”- que han mantenido hasta ahora tanto el fiscal y el contralor general de la república como el presidente de la Asamblea Nacional (AN), también muy dados, hasta con golpes de pecho, a tildar de corruptos a todos aquéllos venezolanos que simplemente no comparten sus ideas totalitarias retorcidas.
-Creo, sin ningún ánimo revanchista -y en esto pienso que me acompaña el 85 por ciento de los venezolanos-, que debe abrirse una investigación exhaustiva para que el primer mandatario nacional explique sencillamente de dónde salió tanto dinero para satisfacer un simple capricho personal, y, de paso, también “pequeño burgués”, para utilizar el mismo lenguaje de ellos.
-Una investigación que sencillamente la reclama la dignidad del pueblo venezolano, pese a que Cepeda se ha retractado de su afirmación, tras haberse dado cuenta de la tremenda “metida de pata” en que incurrió.
Reinaldo Gómez
Gráficas: Cortesía