Eran las 4:57 de la tarde del 4 de junio, cuando la máquina Jumbo excavadora, proporcionada por una empresa privada removió el último bloque de tierra que permitió a funcionarios, familiares, allegados y curiosos visualizar el cuerpo sin vida de Nelson Aldana de 48 años de edad, quien quedó tapiado por un deslizamiento de tierra a eso de las 9:00 a.m.; mientras recogía chatarra en la quebrada localizada a la altura del sector 4 de la Ruezga Norte en Barquisimeto.
Noel Sánchez fue uno de los primeros en notificar a las autoridades; según su relato, una carretilla parada al borde de la quebrada les hizo presumir en horas de la mañana que Aldana estaba en el sitio del derrumbe.
«Nosotros estábamos en la escuela Juan Tamayo Rodríguez, de este sector, cuando se escuchó un ruido», explicó el residente de la zona, quien después fue notificado por otro vecino de la comunidad, que dentro de la quebrada se encontraba una persona recogiendo chatarra (materiales en desuso).

Las horas pasaban y con ellas, los rumores de que un hombre estaba tapiada cobraba más fuerza, y precisamente fueron esos factores, los cuales movilizaron a Nelsy Aldana, una de las hijas del señor Nelson.
«Nosotros estábamos en la casa y pasó un señor diciendo que vio la carretilla de mi papá, pero que a él no lo vio, y que en la quebrada había caído un talud de tierra», contó la hija mayor, quien además confirmó que su padre salía todos los días entre 5:00 y 6:00 de la mañana a ejercer su oficio, pero que más tardar a la 1:00 tarde ya estaba de regreso a su vivienda.

Las labores de búsqueda no se detenían por al menos cinco horas continuas, y en el lugar del derrumbe actuarían 36 funcionarios, divididos entre Protección Civil, Bomberos de Iribarren, paramédicos y Fuerza Armadas, quienes con pala, pico y hasta con las manos removían los escombros de tierra; misma acción que la hija de Aldana en medio de la angustia cuestionaba, porque a su juicio hacía más largo el rescate.
«Pensé que iba a buscar otras cosas, y así excavar más rápido, pero con un pico y una pala, que pueden sacar de allí», expresó entre lágrimas.
Pero a las 3:22 de la tarde llegó la respuesta a la hija de Nelson, una máquina excavadora Jumbo y una retroexcavadora abrían camino a un costado de la quebrada, ante la mirada de vecinos, testigos directos del trabajo de los maquinistas, quienes en hora y 35 minutos lograron localizar al hombre de 48 años de edad.

El cuerpo del occiso fue ascendido desde la quebrada a las 6:37 de tarde, por medio de la técnica rapel tipo carolina con cuerda; para luego ser trasladado a la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda de la capital larense, donde le practicaron la autopsia de rigor.
Por Anderson Piña Pereira / Fotos: Julio Colmanarez