La mega banda venezolana ‘Tren de Aragua’ reconocida por estar inmersa en distintas actividades ilícitas y tener tentáculos en otros países latinoamericanos fue señalada de secuestrar a mujeres y obligar a sus familiares a transportar drogas a otros países a cambio de su liberación, así lo señala El Deber.
Según el medio boliviano, una víctima a la que tuvieron la oportunidad de entrevistar, identificada como Mijail, y quien además reportó el secuestro de su esposa e hija, declaró que presuntos integrantes de dicha banda lo captaron en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, donde lo amedrentaron y le informaron que para ver nuevamente a su familia debía transportar cocaína a territorio chileno, lugar donde presuntamente se encontraría con su familia.
Tras constantes amenazas de muerte en contra de los cautivos, el hombre se vio obligado a cumplir las órdenes de la mafia, por lo que emprendió su camino a Chile con una maleta doble fondo, aunque en medio de la travesía fue detenido por funcionarios policiales, siendo ahora un privado de libertad que no tuvo la oportunidad de liberar a su esposa e hija, así lo reseñó el medio de comunicación.
El Deber aseguró que el ‘Tren de Aragua’ ya opera en Bolivia, al parecer tiene un cuartel en la localidad de Pisiga, en plena frontera con Chile. “Pero sus miembros están en al menos cuatro ciudades capitales: Santa Cruz de la Sierra, La Paz, Cochabamba y Oruro” señaló.
Este grupo delictivo es señalado por dicho medio de secuestrar a migrantes venezolanas que se dedican a vender caramelos en las calles, a lavar parabrisas o pedir limosnas, posteriormente las trasladan a Chile para ser explotadas sexualmente.
Sin embargo, cuando logran establecer contacto con algún familiar, sobre todo padres o esposos, les informan que las jóvenes han sido secuestradas y que para “volverlas a ver” su deben llevar sustancias ilícitas a Chile.
“No tienes otra que aceptar”, relata Mijail, la fuente de El Deber, y quien agregó que llegó a la capital cruceña con su esposa e hija y se dedicaba a limpiar los parabrisas de vehículos en una rotonda. Su esposa pedía limosna o vendía caramelos acompañada de su hija, de quien prefirió no decir su edad por seguridad.
Fuente: El Deber