El ex gobernador del Estado Lara, Orlando Fernández Medina, afirmó que, “de ahora en adelante, en Venezuela ya no tendremos cárceles comunes y corrientes, sino campos de concentración de presos políticos, algo muy similar a los campos de concentración de Siberia, en la Unión Soviética de José Stalin; en la Alemania nazi de Adolfo Hitler y en la tiranía chilena de Augusto Pinochet, tres de los más grandes, brutales y sanguinarios tiranos que ha tenido el mundo entero”.
Con no disimulada indignación, Fernández Medina quiso destacar el hecho de que “lo más triste de todo esto” es que haya sido el propio presidente de la república, el mismísimo Nicolás Maduro, quien ha anunciado que, ahora, todos los ciudadanos que sean detenidos en las manifestaciones de protesta “contra el asalto al triunfo electoral del pasado 28 de julio” serán enviados a las cárceles de Tocorón y de Tocuyito.
¿Cuántos más…?
–Por cierto –quiso destacar asimismo–, hasta ahora, van unos 2.000 detenidos, dicho por el mismo Maduro, pero no sabemos cuántos más irán a parar allí con sus huesos.
El ex mandatario larense, haciendo memoria, expresó:
–Qué casualidad. Fíjate como son las cosas: Hay que ver cómo se está pareciendo la situación política venezolana a la que se vivió durante las satrapías antes mencionadas.
–Así –enfatizó–, en las siete décadas de gobierno comunista de Lenin y de José Stalin en la Unión Soviética, se creó el campo de concentración de Siberia, única y exclusivamente para enviar allí a opositores al gobierno de Moscú, o incluso a simples sospechosos de serlo.
Recalcó que se calcula que, durante esos 70 años de perverso comunismo, fallecieron en prisión alrededor de 30 millones de ciudadanos soviéticos allí hacinados.
–Incluso, si mal no recuerdo, a destacados escritores soviéticos, como Alexander Solshenytsin y Boris Pasternak, se les persiguió con saña, y hasta se les estigmatizó, simplemente por haber ganado uno de ellos el Premio Nóbel de Literatura, por cuanto éste es, o era, “un galardón capitalista”. Imagínate tú.
En Alemania y en Chile
De la Alemania de Hitler –prosiguió Fernández Medina–, “hay que recordar los campos de concentración de judíos, que llevaron a la muerte a alrededor de seis millones de seres humanos”.
–Y de Pinochet, ni se diga, pero éste fue mucho más gracioso, por decirlo de alguna manera, pues, como quiera que las cárceles ordinarias no se daban abasto para tantos presos políticos que cayeron tras el derrocamiento de Salvador Allende, pues simplemente el sátrapa militar habilitó el principal estadio de fútbol de Santiago de Chile, en donde estuvieron detenidos y hacinados por meses centenares de combatientes contra la dictadura militar recién instalada.
–Y, si al caso vamos, de alguna manera, en Venezuela también tuvimos campos de concentración –algo que creíamos haber superado—, como lo fueron las cárceles de Guasina y Sacupana, en el Estado Bolívar, de donde salieron de prisión el 23 de enero de 1958 más de dos mil detenidos arrumados que allí había, por órdenes arbitrarias de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez.
–Entonces, me pregunto yo: Lo que estoy aquí denunciando, ¿Se parece o no se parece a la situación que en estos momentos estamos viviendo en Venezuela?
–Y eso tenemos que denunciarlo públicamente y con valor, precisamente porque no queremos que se repitan en Venezuela tan lamentables hechos históricos.
Terrorismo de Estado
–Y todo esto lo digo –expresó más adelante— porque en Venezuela nos hallamos en este momento viviendo un ambiente de represión, de persecución, de violación de los derechos humanos y de los derechos políticos, todos ellos previstos en la misma Constitución Nacional, algo que no es sino un verdadero terrorismo de Estado.
–Y todo ello en abierta violación al artículo 44 y sus ordinales de nuestra Carta Magna, con respecto a los procedimientos de detención personal y de allanamiento de hogares.
El dirigente político larense aseveró que, ahora, los ciudadanos “estamos indefensos ante los abusos de los cuerpos de seguridad del Estado, sean o no militares”,
En ese sentido, destacó, por ejemplo, que, hoy en día, en Venezuela se está viviendo “un verdadero terrorismo de Estado”, pues –recalcó– las personas son detenidas sin orden judicial alguna, en abierta violación, no sólo del Código Penal, sino también de la misma Constitución Nacional.
–Pero hay algo que es muy grave, y que está pasando en este momento en Venezuela: Ahora, a los familiares de los detenidos les piden mil, cinco mil y hasta diez mil dólares por dejar en libertad al detenido, y tenemos casos de ésos documentados, no solamente en el Estado Lara, sino en todo el país.
Un solo objetivo
De seguidas, el también ex parlamentario aseveró que “toda esa escalada de persecución, de amenazas y de amedrentamiento no tiene sino un solo objetivo: El de inculcar el miedo al pueblo venezolano, que masiva y valientemente ha salido a las calles a reclamar se reconozca el triunfo electoral que quien verdaderamente ganó en las urnas de votación, y por paliza: Edmundo González Urrutia, victoria reconocida, por cierto, por un gran universo de naciones del mundo entero”.
–Pero quienes creemos en la democracia –dijo finalmente— tenemos que echarnos el miedo al hombro, y seguir reclamando, pero, eso sí, sin violencia y con mucho cuidado, especialmente de los cuerpos de seguridad, que están volcados en las calles, y se llevan a cualquiera que se encuentre en una protesta pacífica, o hasta cerca de ella, es decir, de “mirón”, como se dice en buen criollo.
Gráfica: Cortesía Juan Carlos Giménez
RG