‘No más vacunas’ o ‘No a los test PCR’ fueron algunos de los mensajes que se pudieron leer en las pancartas de la manifestación negacionista.
Este sábado centenares de personas protestaron en la ciudad de Madrid, capital de España contra la vacuna para la Covid-19 aduciendo que se trata de un plan conspirativo de las élites económicas del mundo, para diezmar a la población y tomar el control.
La convocatoria fue organizada a través de las redes sociales por colectivos negacionistas de la pandemia de coronavirus en España, quienes no creen en la pandemia de coronavirus que mantiene en jaque al mundo desde hace ya más de ocho meses. No creen que exista el virus causante de la Covid-19 y tampoco que los miles de muertos que se cuentan en todo el mundo hayan fallecido realmente por esta nueva enfermedad.
Manifiestan no creen tampoco en las pruebas diagnósticas (aseguran que las PCR revelan falsos positivos) e inciden en una tesis que se refuerza en el movimiento antivacunas: la pandemia es una excusa de los poderosos para quitar la libertad a los ciudadanos y controlar sus vidas.
Los negacionistas están en contra del uso de mascarillas, porque la población no se tiene que proteger de nada. «No tenemos miedo, somos la resistencia», añaden.
Sus mensajes son variados, y han sido desmentidos por los expertos y los científicos, quienes además han advertido de la peligrosidad de seguir estas tesis.
Para el movimiento antimascarillas, estas protecciones provocan hiperventilación, hacen que sus portadores respiren sus propios «desechos exhalados», causan intoxicaciones «por inhalación de microparticulas» y un largo etcétera de contraindicaciones que han sido desmentidas, una por una, por médicos y científicos.
Los antivacunas y sus tesis
Este movimiento antivacunas ya existía antes del coronavirus y hay estudios que han identificado su auge con el populismo. Entre los falsos mantras que repite este colectivo, figuran que las vacunas causan efectos adversos graves (como autismo, parálisis o problemas en los embarazos, entre otros) y que no sirven para nada porque previenen enfermedades ya erradicadas.
También enarbola este grupo que las vacunas solo sirven para enriquecer a las farmacéuticas que las comercializan, empresas que coartan a los médicos y los científicos para que administren las vacunas quitando el derecho a decidir de los padres, que son los que saben lo que es mejor para sus hijos.
Los antivacunas obvian que estos antibióticos son capaces de salvar entre dos y tres millones de vidas cada año, según las cifras de la Organización Mundial de la Salud y la pandemia de coronavirus no ha hecho sino dar más protagonismo a los adeptos a estas teorías de la conspiración.
Los segregacionistas argumentan su tesis con base a lo expuesto por el presidente de la Universidad Católica de Murcia (UCAM), José Luis Mendoza, quien señaló durante una conferencia que la vacuna contra el coronavirus iba a ser una forma de controlar a la población mundial mediante la inoculación de chips en el organismo humano. Esta conspiración habría sido urdida por magnates como Bill Gates o George Soros y la tecnología 5G era otra de sus herramientas para conseguir este control global, de acuerdo con Mendoza.
Lo cierto es que este tipo de convocatorias hechas por los movimientos antivacunas y antimascarillas y por llamamientos de personas públicas como el cantante Miguel Bosé, serán investigadas por la Delegación del Gobierno en Madrid por no cumplir las medidas de seguridad, ya que podrían poner el peligro de contagio a los asistentes.
Yliana Brett
Fotos: Cortesía @Santiago_Luengo | Twitter