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El calvario para enterrar a un familiar en la actualidad

El calvario para enterrar a un familiar en la actualidad

El calvario para enterrar a un familiar en la actualidad

Para enterrar a un ser querido hay que llorar también por el dinero invertido en los gastos funerarios. Hasta 6 millones puede llegar a costar una urna de metal y 4 una de madera, los larenses ya no tienen para sepultar y los fabricadores se encuentran buscando alternativas para mantener estable la demanda.

EL equipo de sucesos de INFORMADOR realizó entrevistas a dolientes, empresarios del sector y funerarios para recopilar testimonios de la realidad en la actualidad, donde un “cajón ecológico” se comienza a plantear como una opción a futuro para enterrar cadáveres.

Día a día en la morgue del Hospital Central Antonio Maria Pineda de Barquisimeto la realidad es dura cuando tienen que conocer los precios de sepulturas, la mayoría tiene que echar el dolor a un lado y correr a reunir el dinero para poder cancelar el servicio funerario, que no quiere bajar de los 2 millones de bolívares. 

Pero hay que trasladarse hasta el origen de la fabricación de ellas para entender los costos, José Colmenares, fabricante y dueño de la empresa «San Rafael», asegura que el aumento de los precios se debe a la falta de materia prima que cada día es más complicada conseguirla, además de tener que lidiar con recortes de horarios al momento de trabajar debido a los cortes eléctricos que se han vuelto cotidianos en su taller, ubicado al oeste de la ciudad.

Son tan solo dos de las primeras problemáticas que deben afrontar los proveedores y dueños de funerarias, algunos no han tenido otra opción que ir cotizando en dólares los precios, al cambio, la urna más cara estaría en unos 200$ mientras que la más económica apenas llegaría a 80$ sin contar la preparación del cadáver.

Trabajadores de funerarias explicaron que los servicios que ofrecen son el coche de traslado para sacar el cuerpo de la morgue, hacer preparación del fallecido, llevarlo al velorio, asesoramiento de trámites y la última parada estaría en el cementerio.

Y en algunos casos que parecen ser insólitos, los cadáveres que presenten obesidad incrementan el costo de la urna, así como aquellos en estado de descomposición o con alguna enfermedad contagiosa, pueden subirle hasta 500 mil o un millón al precio. 

Cuando se habla de tamaño, las urnas pequeñas no son tomadas muy en cuenta, ya casi no son fabricadas por empresas y algunas familias han optado por fabricar las suyas, porque son de más fácil elaboración, con gaveteros y madera en el hogar, se ahorran los 800 mil bolívares que cuesta el servicio para un bebé o niño, cuentan.

La opción de cremar

El servicio de cremar un cadáver tiene un precio fijo pero también engorroso, el costo ya estaría asomándose a los dos millones, sin embargo sigue siendo una opción para las familias que mantienen la tradición o cumplen el deseo del fallecido.

Para esto las personas solo deben cancelar el traslado hasta el lugar de cremación en el Cementerio Nuevo de Barquisimeto, el cadáver es transportado dentro de una urna de la cual se le desprende una bandeja, para la incineración.

Un futuro nada prometedor

Javier Melendez, fabricante de urnas de Carora en el municipio Torres, narró como en el año 2018 vio frenada una técnica innovadora, económica y «ecológica» para las familias que no contaban con recursos para enterrar a sus seres queridos.

El plan que duró varios meses consistía en introducir un cajón simple sobre una urna de mayor presentación, de más costo, que serviría para velar a los fallecidos pero al momento de enterrar el cadáver solo el cajón iba a la fosa del cementerio.

El proyecto fue frenado por las cooperativas de Torres a pesar de que a la gente le había gustado, no volvió a verse en el estado Lara, y sin embargo, no niega que existan familias que hayan tenido que implementar cosas similares, enterrar sin pagar servicios funerarios o haber actuado por su cuenta y elaborar sus urnas.

Tal como lo plantea José Colmenares en Barquisimeto, la situación va camino a empeorar, cada vez en menos la demanda y los costos no dejan de escalar hacia sumas mucho más complicadas para una familia, los futuros escenarios son previstos con cajones ecológicos y bolsas de cadáveres.

El Estado y fundaciones también han optado por ofrecer sus regalías y apoyo en la región, en el mes de septiembre se calcula que más de una treintena de urnas fueron aportadas a familiares en la morgue del Hospital Central, donde lloran a los fallecido y lloran por los precios. 

Enmanuel De Sousa (@enmanueldsousa)
Fotos: Ángel Zambrano (@angelzamb11)

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