La pandemia y la situación venezolana ha afectado gravemente la calidad de vida de los ciudadanos, pero al mismo tiempo ha limitado el acceso a recibir atención médica en centros de salud privado.
El alto costo de vivir en Venezuela ha provocado que los servicios de atención óptimos y adecuados para el bienestar de los pacientes se posicionen en altas cifras. Dejando como resultado, que cada vez menos personas puedan pagar una consulta médica.
Aunque, por mucho tiempo los seguros médicos privados fueron la salvación para las personas, en la actualidad no ofrecen los mismos beneficios y un buen presupuesto. Sin contar que sólo los trabajadores de grandes empresas pueden acceder a este servicio.
Hoy día el costo de una consulta en un centro de salud privado oscila entre los 20 y 60 dólares. Siendo una de las principales razones por la cual el número de visitas ha disminuido considerablemente.
Pero la pandemia no ha sido la única razón por la que se presenta este declive. Desde el año pasado el número de pacientes que acudían a consultas médicas pagas, ya se encontraba relativamente bajo.
El médico urólogo José Pineda, quien ‘pasa consulta’ en un centro de salud privado y al mismo tiempo presta sus servicios en una sociedad reconocida por sus costos accesibles, afirma que «antes en la clínica veíamos hasta 20 pacientes diarios, pero ahora podemos ver diez, incluso menos».
«Siempre hemos tenido pacientes, la clave es entender la situación y ponerse en los zapatos del otro. Sé de colegas que sus consultas son extremadamente altas, y por esa razón no ven pacientes«.
Aclaró que la angustia que viven los ciudadanos no solo es el costo de las consultas, sino las medicinas, los exámenes, y demás procedimientos que permitan la evaluación completa del paciente.
Sin embargo, reconoce que el contraste entre ambos centros es llamativo. «Muchas personas no tienen recursos suficientes para acudir a una clínica, por eso deciden ir a centros más económicos».
Afirma, que resulta una verdadera travesía para esas personas tener que conseguir un cupo en esos centros. «Los pacientes van desde muy temprano, eso sin considerar que durante los primeros meses de la pandemia el centro permaneció cerrado».
«Mi horario de consultas en la fundación es en la tarde, pero los pacientes acuden desde tempranas horas de la mañana a anotarse en la lista. Eso se debe a que ‘vemos’ una cantidad máxima de pacientes, incluso normalmente esa cifra es superada por mucho, pero el tiempo es quien juega en contra», indicó.
No solo las consultan tienen costos elevados
Una enfermera quién tiene más de 15 años trabajando en el área de la salud, reconoce que los costos han aumentado considerablemente. Sin contar con los exámenes o estudios que algunos pacientes ameritan, terminando por cuadruplicar los gastos.
«El monto de la consulta varía por especialidades, ginecología y cardiología siempre han sido más costosas en comparación a otras», agregó. Pero, también hay estudios médicos que resultan indispensables para diagnosticar a los pacientes y están extremadamente costosos.
«Un rayos X, puede superar los 80 dólares, mientras que una tomografía puede estar en 200» afirmó.
La baja calidad de los servicios de salud públicos y el alto costo de los privados, ha llevado a que los ciudadanos presenten descuidos en su salud. Contar con fundaciones y otros centros donde sea posible recibir atención de calidad sin precios volátiles representa una oportunidad a ser aprovechada por las personas.
Naikarys Cordero @naikarys13
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