La otorrinolaringóloga Ligia Acosta señaló que los padres pueden tomar medidas preventivas para reducir la posibilidad de que sus niños sufran esta afección
La amigdalitis aguda es una afección muy común en la infancia, pero también se presenta en adultos aunque con menos frecuencia. Consiste en una respuesta inflamatoria de las amígdalas palatinas en respuesta la agresión de gérmenes contaminantes.
La médico otorrinolaringóloga Ligia Acosta explicó que “las amígdalas constituyen la primera línea de defensa de la encrucijada aéreo digestiva. Es la primera estación donde se contacta con gérmenes e irritantes”.
La también presidenta de la Presidenta de la Sociedad Venezolana de Otorrinolaringología indicó que los síntomas de esta inflamación corresponden a dolor para tragar, fiebre, mal aliento y malestar general. “Se aprecian las amígdalas rojas, congestivas con placas blancas sobre su superficie, aumentadas de tamaño, o puntos rojos en el paladar”, expresó.
Explicó que los padres pueden tomar medidas para prevenir que sus niños sufran esta afección. “La primera es cuidar la higiene: los chicos no deben llevarse objetos a la boca, ni compartir vasos o utensilios con familiares ni con desconocidos”.
“Si se registra una infección recurrente es conveniente chequear que otro miembro de la familia no sea portador de la bacteria Estreptococo. También se debe tratar con prontitud el reflujo gástrico porque provoca inflamación faríngea favoreciendo a la contaminación bacteriana de las amígdalas”, manifestó.
Causas y tratamientos
La especialista indicó que las infecciones en las amígdalas pueden ser causadas por gérmenes tipo virus, bacterias u hongos. “Generalmente lo más frecuente es que la amigdalitis aguda es causada por virus. En el caso de bacterias, el germen por excelencia es el estreptococo beta hemolítico del grupo A, en un 70% de los casos”, acotó.
Con respecto a las infecciones por hongos, la más frecuente es la producida por la cándida albicans, y se registra en especial en personas con alteraciones en su sistema inmunológico, bien sea congénito o adquirido, o por tratamiento tipo quimioterapia o radioterapia.
La médico indicó que el tratamiento de la amigdalitis aguda viral incluye hidratación, analgésicos y antiinflamatorios. “En las agudas bacterianas también se prescriben antibióticos, generalmente a base de penicilina, considerando la sensibilidad del germen a este antibiótico”, precisó.
En caso de resistencia al tratamiento al tratamiento con penicilina se sugieren antibióticos betalactámicos o penicilinas potenciadas. “De no haber mejoría con las opciones previas o los pacientes tienen antecedentes de procesos recurrentes o crónicos, existe la alternativa de usar quinolonas respiratorias como la Ciprofloxacina o Levofloxacino”
“Hay casos de personas con episodios recurrentes de infección o amigdalitis crónica, en las cuales las amígdalas van perdiendo su función de protección y filtro de la vía respiratoria”, manifestó la especialista.
Cuando las amigdalitis agudas bacterianas “se hacen recurrentes y se presentan más de 3 episodios en 6 meses o más de 4 en un año, tiene indicaciones de extirpación quirúrgica, a fin de evitar complicaciones posteriores por los procesos infecciosos reiterativos”. Acotó que también es necesario operar en aquellos casos en que las amígdalas causen obstrucción de la vía respiratoria con apnea del sueño.
Nota de prensa