Reinaldo Gómez / No solamente parece mentira, sino que “es verdaderamente increíble, pero así es”, reza el dicho popular que se aplica lo que sucede en Barquisimeto y el estado Lara y no sabemos si todo el país, que se montó a escenarios que los venezolanos suponían superados hace años: usar leña como instrumento para cocinar sus comidas habituales.
Y es tan tangible ello que incluso en el mismo centro de la capital larense, exactamente en plena acera de la carrera 19 esquina de la calle 17, están ubicados el señor Gregorio Gutiérrez y su esposa, Milexa Silva, quienes tienen allí instalada una pequeña venta de verduras y frutas en la cual, desde hace alrededor de dos años, decidieron agregar a sus “rubros” la venta de leña.
–Y es que, en estos momentos -nos afirma Gutiérrez-, casi pudiera decirse que la leña se ha convertido hoy en día en Venezuela en un artículo de primera necesidad.
-¿Y eso…?
–Bueno, nosotros nos dimos cuenta de que, ante la debacle de la distribución de gas, la gente comenzó a utilizar la leña, y, así, decidimos también agregar ese “producto” a nuestra oferta de venta.
-¿Desde cuándo…?
–Bueno, desde hace como dos años, y antes de que me lo pregunte, le informo que cada día se vende más, en la medida en que el servicio de gas se va deteriorando; y déjeme también decirle que aquí viene gente de todos los sectores, tanto ricos como pobres, porque todos están pasando por el mismo problema del gas.
Ante una pregunta, dijo que cada haz de leña cuesta 300 bolívares, aunque cuando comenzó, lo vendía a Bs. 150, “lo cual incluye el costo del flete, pues yo no tengo vehículo propio, y debo alquilar uno para transportar los haces de leña”.
-¿Cuántos leños tiene cada haz?
–Bueno, unos 15 leños.
En la Ribereña
En tanto, Alí García, quien reside en la avenida Ribereña con la calle 28, barrio San Martín de Porres de esta ciudad, es un desempleado de la construcción desde hace unos tres años, y, desde hace alrededor de un mes, también se dio cuenta de las deficiencias en la distribución del gas, y, frente a su casa, coloca los haces de leña, de los cuales vende unos seis o siete todos los días, a Bs. 150,oo cada uno, “lo cual me da, o me ayuda mucho, para mantener a mi mujer y a mis cinco muchachos”.
Dijo que los leños provienen “de los troncos secos que siempre trae en su cauce el río Turbio”.